La Palabra de Dios para tiempos como los que vivimosMuestra

El dar es como un músculo; para ser fuerte, tienes que ejercitarlo. Y para crecer como persona, el dar es el ejercicio.No puedes disfrutar plenamente de algo sin compartirlo. 

Zig Ziglar

PRACTICAR LA GENEROSIDAD QUE REBOSA DE ESPERANZA

En estos días hay muchas actividades que son necesarias: desinfectar, limpiar, aislarnos, suspender, investigar y demás. Estas palabras de Romanos nos recuerdan a nosotros como pueblo de Dios un enfoque que debe tener nuestra actividad. A la vez que hacemos lo posible para cuidar de nuestra salud, no debemos quitar los ojos de las necesidades de nuestros hermanos y hermanas en la fe en nuestro alrededor: perseverando, contribuyendo, sirviendo, regocijándonos, dedicándonos a la oración y practicando la hospitalidad. 

Esta es la exigencia absoluta y primordial del amor. 

Es lo que significa honrarnos el uno al otro.

Es una generosidad que nace del Espíritu, está motivada por una profunda preocupación por otros, y se sostiene en la esperanza.  

El amor se trata más de lo que hacemos que de lo que sentimos.

Lee nuevamente los versículos y observa el enfoque práctico. “Anda entonces y haz tú lo mismo” (Jesús). 

Con toda la familia:

En una hoja dibujen su casa y luego las casas de algunos de sus vecinos. Si los conocen, escriban los nombres de cada uno. En hojas aparte, más pequeñas, dibujen las casas de familiares y amigos que están más distantes – abuelos, compañeros de colegio, familias de la iglesia.

Conversen acerca de quiénes quizá tengan mayor necesidad.

Piensen en una cosa que pueda hacer cada miembro de la familia para alguno de sus prójimos y que refleje una generosidad que rebosa de esperanza.

Señor, no permitas que mis necesidades y mi egoísmo me impidan ver y servir a los que están a mi alrededor.