¡Ayúdame, Señor! ¡Soy Madre De Pequeños!Muestra

TODO LO QUE DIOS PERMITE EN NUESTRA VIDA ESTÁ PRODUCIENDO UNA OBRA DENTRO DE NOSOTRAS

Como parte de las oraciones que Pablo hacía por los de Éfeso, le pide a Dios que les conceda a todos, como cuerpo, ser fortalecidos con poder dentro de ellos por el Espíritu Santo.

Ellos lo necesitaban, nosotras también. La fortaleza de Dios es conforme a las riquezas de Su gloria, no conforme a lo material, porque lo material no puede ayudar al hombre interior, donde habita su corazón. Tampoco consiste en solucionar las situaciones que acontecen porque el propósito es que Cristo habite por la fe en nuestros corazones.

Su fortaleza va más allá de nuestro entendimiento. Su fortaleza nos permite levantarnos cada día en Su misericordia que provee aliento de vida. Su fortaleza no es más que Él obrando en nosotras. ¡Vaya si no necesitamos Su fortaleza! Nuestras limitadas fuerzas se quedan cortas a lo sobrenatural de Su fortaleza dentro de nosotras.

Como madres, nos encontramos con días donde las fuerzas fallan, nuestras buenas acciones con nuestros hijos no son suficientes, y solo decimos: “un día más, mañana será diferente”. Para el Señor todos los días cuentan en la eternidad y delante de Él. No esperemos a mañana para confiar en Él, es en este momento porque todo lo que Dios permite en nuestra vida está produciendo una obra dentro de nosotras. Dios nos quiere cambiar antes que cambiar nuestras situaciones porque de esta manera somos afirmadas en nuestra fe en la morada que somos de Cristo. No solo es un cambio más de pañal, de recoger juguetes, de levantarte en la madrugada, es una oportunidad para ser fortalecida en el poder de Dios y para que tu fe sea levantada.

APRENDE- VIVE- LIDERA

• Aprende: ¿Qué mensaje te deja Efesios 3:16-17?
• Vive: Lee en voz alta Efesios 3:14-21 a manera de oración por ti
• Lidera: Comparte este mensaje con otra mamá, ora con ella y ayúdense mutuamente.

ORACIÓN

Oremos. Dios maravilloso, bendito seas por la oportunidad que me has dado de ser madre. Gracias por mis hijos, gracias por las circunstancias que estoy enfrentando para conocerte y ser fortalecida. Anhelo conocerte y experimentar Tu fortaleza dentro de mi corazón para expresar por afuera quién eres tú: mi Salvador. Te amo, Señor. Ayúdame a confiar en Ti. Fortaléceme cada día y ayúdame a amar a mis hijos como Tú me amas. En el nombre de Jesús, amén.