¡Ayúdame, Señor! ¡Soy Madre De Pequeños!Muestra

AMAR A NUESTROS HIJOS ES AMAR A NUESTRO PRÓJIMO

Jesús enseña los dos grandes mandamientos de los cuales dependen todos los mandatos de Dios dados a nosotras para obedecerlos y honrarlo.

Nuestros hijos pequeños son nuestro prójimo y somos llamadas a amarlos “como a nosotras mismas”. La realidad es que ya nos amamos demasiado —si somos honestas—, pensamos mucho en nosotras, deseamos que todo gire alrededor nuestro, y que otros nos sirvan y colaboren en nuestra paz. Amar al Señor primeramente con todo lo que somos y hacemos, nos libra de amarnos a nosotras primero para amar a nuestro prójimo, nuestros hijos.

Ellos están aprendiendo de ti, te necesitan todo el tiempo, requieren más de tu atención, necesitan tu amor visto en paciencia, gracia, misericordia y enseñanza; el mismo que tu necesitas de Dios. Ellos están creciendo en identidad a través de las afirmaciones del Evangelio que les dices. Por ejemplo, la repetición es una de las maneras en las que vamos creando hábitos, horarios, y estas afirmaciones se van convirtiendo en su seguridad e identidad. Y esto también ayuda a tu disciplina y dependencia de Dios.

Quizás digas: ¿quién por mi? Cristo te responde: Yo por ti. Yo viví perfectamente por ti. Yo sufrí por ti. Yo morí por ti. Yo resucité por ti para la gloria de Dios. Yo te comprendo.

Nuestros pequeños nos recuerdan la palabra “necesidad”, que es la misma que tenemos nosotras como hijas, toda nuestra vida, de nuestro Padre Celestial. El Evangelio nos informa y transforma cuando vemos la obra de Jesús al salvarnos de nosotras mismas y del dominio del pecado, al darnos una esperanza eterna de que este mundo y sus circunstancias difíciles, no son el final. Cristo en nosotras es esperanza, fortaleza, ánimo y gozo, un día a la vez.

APRENDE- VIVE- LIDERA

• Aprende: ¿Qué aprendes de Mateo 22:37-39 con respecto a tus hijos?
• Vive: ¿Qué acción puedes realizar hoy con tus hijos para demostrarles cuánto los amas y que ambos necesitan al Señor?
• Lidera: Comparte con otra mamá este mensaje o invítala a tu casa para que juntas puedan apoyarse.

ORACIÓN

Oremos. Señor, gracias por Tu amor que me sostiene aun cuando no me doy cuenta o no lo reconozco; gracias por amarme a pesar de mi debilidad. Te pido que me ayudes a vivir mi maternidad un día a la vez confiando en Ti, sosteniéndome de Ti, sin condenación, sin enojo, sino con paciencia. Sé mi fortaleza, mi sabiduría y mi gozo. En el nombre de Jesús, amén.