Romanos: Teología Para Todos (12-16)Muestra

Ser cristiano es vivir en un lugar complicado bajo la autoridad tanto de Dios como del gobierno. Por encima de toda otra autoridad está la autoridad del Señor. Nuestro mundo es un lugar complicado donde tienes que equilibrar la obediencia al Señor y al gobierno.

Hay muchos pecados a los ojos de Dios que no son delitos a los ojos del gobierno, por eso no puedes llamar a la policía si alguien toma el nombre del Señor en vano, comete adulterio o miente sobre ti. También hay muchas cosas que el gobierno apoya y que el pueblo de Dios no puede apoyar, porque no están de acuerdo con la Biblia. 

Esta sección de Romanos es probablemente el pasaje más conocido del Nuevo Testamento con respecto a la obediencia a las autoridades civiles. La triste pero dura verdad es que, en nuestro mundo caído y pecaminoso, tiene que haber algunas leyes para mantener el orden; de lo contrario, la vida humana simplemente llegaría a un final autodestructivo. El problema es que la gente impía hará, en diversos grados, leyes y gobiernos impíos. En el Reino de Dios, todo esto se solucionará a la perfección, de una vez por todas. Hasta entonces, el pueblo de Dios debe hacer todo lo posible por ser buenos ciudadanos del estado hasta el punto en que ya no puedan ser buenos ciudadanos del Reino de Dios. Esto se repite en 1 Pedro 2:12-17: “Mantengan honorable su conducta entre los gentiles, para que cuando hablen contra ustedes como malhechores, puedan ver sus buenas obras y glorificar a Dios en el día de la visitación. Sométanse, por amor del Señor, a toda institución humana, ya sea al emperador supremo, o a los gobernadores enviados por él para castigar a los que hacen el mal y alabar a los que hacen el bien. Porque esta es la voluntad de Dios, que haciendo el bien, debes silenciar la ignorancia de los necios. Vivan como personas libres, no usando su libertad para encubrir el mal, sino viviendo como siervos de Dios. Honren a todos. Amen a los hermanos. Teman a Dios. Honren al emperador”.

Al ser buenos ciudadanos, los cristianos pueden ganarse puestos de confianza dentro del gobierno en los que pueden hacer el bien. La Biblia proporciona muchos ejemplos, incluido José gobernando en Egipto, Nehemías gobernando en Persia y Daniel gobernando en Babilonia.

Al ser buenos ciudadanos, los cristianos también pueden mantener un perfil bajo para que sean libres de vivir y adorar libremente con una mínima intrusión. Este es el corazón de las palabras de Pablo en 1 Timoteo 2:1-2: “Ante todo, exhorto a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias por todos los hombres; por los reyes y por todos los que ocupan altos puestos, para que vivamos con tranquilidad y reposo, y en toda piedad y honestidad”.

Sin embargo, hay momentos en que el gobierno y Dios tienen demandas diferentes y una persona se ve obligada a considerar si huir, trabajar en el sistema para obtener leyes más justas o nuevos líderes políticos, o simplemente desobedecer al gobierno en obediencia a Dios. Esta justa desobediencia civil fue practicada por las parteras en Egipto que se negaron a matar bebés hebreos que permitieron que Moisés viviera; Rahab, que escondió al pueblo de Dios en lugar de entregarlo a una autoridad injusta, como se le pidió; La negativa de José como esclavo de cometer adulterio con la esposa de Potifar, lo que lo llevó a prisión acusado falsamente de violación; Los amigos de Daniel se negaron a inclinarse y adorar al rey como a dios, Daniel desobedeció la orden de no orar al Dios real, y él y sus amigos se negaron a adorar el ídolo de oro por el cual fueron arrojados a un horno de fuego; Abdías, quien desobedeció la orden del rey Acab y su demoníaca esposa Jezabel y escondió a los siervos de Dios para que no pudieran ser arrestados; sin mencionar al Señor Jesús que fue arrestado; Pablo, que escribe Romanos y, él mismo, pasó mucho tiempo en la cárcel por servir a Jesús; y los apóstoles que fueron encarcelados y golpeados por predicar a Cristo en desafío al gobierno.

Es importante considerar esta sección de Romanos a la luz de toda la Escritura. De lo contrario, esta sección de las Escrituras podría usarse para exigir que el pueblo de Dios haga cosas impías.

Preguntas:

1. ¿Hay algún asunto legal que deberías obedecer y que no estés cumpliendo (por ejemplo, pagar tus impuestos, administrar tu negocio de manera legal y ética, etc.)?

2. ¿Cómo puedes agradecer y honrar a quienes son soldados, policías y socorristas que se ponen en peligro para tratar de preservar el orden y la paz?

3. Honestamente, ¿Cómo estás honrando a las personas que tienen autoridad sobre ti y ayudando a establecer una cultura de honor en tu hogar, trabajo e iglesia?