Romanos: Teología Para Todos (12-16)Muestra

Si comienzas a leer la Biblia y tratas de hacer todo lo que manda, y no haces todo lo que prohíbe, rápidamente puedes sentirte abrumado por dónde empezar y cómo vivir en obediencia a Dios. Afortunadamente, Dios nos ha dado una forma sencilla de comenzar a generar impulso en la dirección de la obediencia y la santidad.

Los primeros cinco libros del Antiguo Testamento a menudo se conocen como los Libros de la Ley porque contienen más de 600 leyes. En el corazón de esas leyes en el libro de Éxodo están los Diez Mandamientos. Los dos primeros mandamientos son tener al único Dios verdadero como su único Dios y adorarlo solo a Él. Cuando ocurren esas dos cosas, el resto de los mandamientos se obedecen naturalmente. Cuando Dios es el único Dios, no tendremos al sexo, el control, la riqueza y otras cosas, como nuestro dios, adorando con adulterio, mentira y robo. Cuando obedecemos a Dios, también amamos a nuestro prójimo porque no puedes obedecer a Dios o amar a tu prójimo mientras duermes con ellos, les robas, los matas o les tienes celos.

Pablo enumera una gran cantidad de pecados que resultan de la falta de amor a Dios, la falta de amor a los demás y un amor excesivo y corrupto por uno mismo. Básicamente, Pablo está diciendo que la cura de nuestros pecados no es fijar nuestras transgresiones, sino fijarnos en el amor de Dios por nosotros, nuestro amor por Él y por los demás. Solo el poder de ese amor centrado en Cristo, dado por Dios, tiene el poder de vencer pecados tales como:

Adulterio – pecar sexualmente contra el pacto matrimonial

Asesinato – la muerte innecesaria de una vida inocente

Robo – la toma ilegal de propiedad de otra persona

Codicia – un fuerte deseo de poseer lo que pertenece a otro.

Orgías / Fiestas / Parrandas[JFM1]  – actuar de tal manera que sea una molestia para el público

Embriaguez – falta de voluntad para vivir con moderación

Inmoralidad sexual – pecados de cualquier tipo que impliquen relaciones sexuales prohibidas.

Libertinaje – no solo una vida habitual de pecado imprudente, sino una pérdida de vergüenza y deshonra que la acompaña a la luz de la desaprobación pública.

Disensión – ser demasiado competitivo en un esfuerzo por triunfar sobre los demás.

Celos – un espíritu de descontento que nunca está satisfecho con lo que Dios ha provisto y desea la bendición que fue dada a otros.

Lo opuesto a amar a la gente es usar a la gente. La lista completa que Pablo prohíbe es una de egoísmo donde las personas se usan unos a otros en lugar de amarse y servirse unos a otros. La única forma de vivir en un amor humilde que busca los intereses de los demás es despertarse todos los días y no solo vestirse el cuerpo, sino elegir intencionalmente “vestirse del Señor Jesucristo y no hacer provisión para la carne, para gratificar sus deseos”. Al igual que todas las noches nos quitamos la ropa sucia y todas las mañanas nos ponemos ropa limpia, debemos recordar hacer lo mismo con nuestra alma que con nuestro cuerpo.

Preguntas:

1. Ya que no le debemos a nadie nada más que amor, ¿Cómo te está yendo en el manejo de tus finanzas, el pago de tus deudas y la administración de tu riqueza sabiamente?

2. ¿Qué cosas de la lista llevas puestas todavía, aunque sea de vez en cuando, que necesites quitarte y mantener quitadas? ¿Qué vas a hacer exactamente para realizar los cambios necesarios en tu vida?