Romanos: Teología Para Todos (12-16)Muestra

Cuando un niño es adoptado en una familia, no solo necesita aprender a relacionarse con sus padres sino también con sus nuevos hermanos. Lo mismo ocurre con la familia de Dios llamada Iglesia. Ser cristiano es tener una amplia variedad de hermanos y hermanas, no solo en tu iglesia, sino en otras iglesias, que a menudo no están de acuerdo en varios asuntos. La pregunta de qué hacer con estos desacuerdos y cómo navegar relacionalmente por una posible división es una de las habilidades más prácticas que un cristiano puede aprender.

Para empezar, hay problemas primarios que son cerrados y problemas secundarios que son abiertos. Pablo dice esto mismo, señalando que la muerte, sepultura y resurrección de Jesucristo según las Escrituras es de “primera importancia” (1 Corintios 15:3).

Piensa en problemas primarios y cerrados como las fronteras nacionales que dividen a los diferentes países. Una vez que cruzas estas creencias, estás en otra religión. Los ejemplos incluirían creer que la Biblia es la Palabra de Dios y nuestra máxima autoridad; que hay un Dios en tres personas, conocido como la Trinidad para abreviarlo; y que Jesús es completamente Dios y completamente humano, vivió sin pecado, murió en la cruz por nuestros pecados, resucitó de entre los muertos para perdonar el pecado y conquistar la muerte, y vendrá de nuevo para sentenciar al infierno a aquellos que no se apartan del pecado y confían en Él y entregar a los que lo hacen al cielo.

Piensa en cuestiones secundarias y abiertas, como las fronteras estatales, en las que puede estar a ambos lados de la línea y seguir siendo ciudadano de la misma nación. Los ejemplos incluirían qué traducción de la Biblia prefieres, qué estilo de música de adoración usa tu iglesia, qué edad crees que tiene la tierra, qué crees acerca de los dones espirituales sobrenaturales (por ejemplo, hablar en lenguas, sanidad o profecía), si bebes o no alcohol, ya sea que bautices por aspersión o por inmersión, cómo eliges educar a tus hijos, qué día de la semana te reúnes con tu iglesia y a qué denominación o tradición de la iglesia cristiana asistes.

Lo que Pablo está hablando en Romanos 14:1-12 son cuestiones secundarias de mano abierta entre cristianos. Sus ejemplos incluyen elecciones dietéticas, qué día alguien adora en la iglesia y otras “opiniones” que son propensas a causar “peleas” y “juicios” innecesarios e inútiles que hacen que los hermanos y hermanas en Cristo incluso se “desprecien” unos a otros innecesariamente. Lo que ayuda al pueblo de Dios a vivir juntos en unidad es dedicarse a los temas primarios, de mano cerrada, e igualmente dedicado a la gracia, el amor y la misericordia en los temas secundarios, y discutirlos con respeto y libertad.

La razón principal por la que Pablo dice que no deberíamos juzgarnos unos a otros por cuestiones secundarias es porque Jesús es el Juez de todos nosotros, y si él no va a juzgar a alguien por algo, ciertamente tampoco deberíamos juzgarlo nosotros. Este tipo de cosas sucede todo el tiempo cuando nuestras preferencias cristianas se convierten en nuestros prejuicios cristianos. Quizás Dios usó algo poderoso en tu vida (por ejemplo, una canción de adoración, una experiencia de campamento, un libro, un sermón, un estudio bíblico, una reunión de oración, etc.) y quieres que todos tengan la misma bendición que tú, pero tu buena intención se convierte en legalismo cuando exiges que todos hagan las cosas a tu manera y juzgas y criticas a los que no lo hacen.

Para los cristianos dentro de una iglesia y entre iglesias, nuestra unidad gira en torno a Jesucristo. Él es la vid y nosotros los pámpanos. Ninguna de nuestras iglesias o ministerios es la vid. Mientras Jesús, y no nosotros o nuestro grupo, sea nuestra prioridad, entonces tendremos unidad, que debe preservarse acordando lo que va en la mano abierta y cerrada como nuestras convicciones secundarias y primarias.

Preguntas:

Cuando tenga que tomar una decisión sobre la libertad cristiana, Pablo ya ha delineado algunos principios útiles para guiarnos en nuestra toma de decisiones, así que tómate unos momentos y busca estas Escrituras que conducen a esta sección de Romanos 14:1-12:

1. ¿Trae esto gloria a Dios? (Romanos 11:36)

2. ¿Es esto impulsado por una mente renovada y una cosmovisión transformada? (Romanos 12:1-3)

3. ¿Es esta una demostración de amor cristiano? (Romanos 12:9-21)

4. ¿Infringe esto la ley? (Romanos 13:1-8)

5. ¿Aumenta esto el amor por Dios y otras personas? (Romanos 13:8-14)