[Serie Una sola carne] El poder de una sola carneMuestra

Una sola carne

Adán fue hecho a imagen y semejanza de Dios, con la capacidad de hacer lo mismo con su descendencia, engendrar hijos a su semejanza, conforme a su imagen. Adán estaba completo e íntegro y contenía, dentro de sí, todos los atributos que ahora conocemos como masculino y femenino. En Génesis, vemos cómo Dios se refirió a los dos, indicando que eran uno, como Adán, en su esencia.

En el proceso de creación de la mujer, Dios tomó una «costilla» de Adán, que significa «cámara» en hebreo e indica capacidad. Así, Dios formó a la mujer, que Adán llamó Eva. Adán y Eva fueron creados para complementarse plenamente el uno al otro, cada uno fue creado para complementar al otro. Génesis 2:18 establece que Eva es la ayuda idónea de Adán. La versión Reina Valera usa la palabra «idónea» para adecuada.

La palabra hebrea para «ayuda», es ezer y proviene de una raíz que significa «rodear». Puesto que tenía la naturaleza de Dios, su naturaleza era amar y dar. El resultado de dos personas que se dan activamente el uno al otro, prefiriendo al otro en forma total, es la vida en una sola carne que Dios diseñó. Este tipo de vida da como resultado el concepto de una integración plena. De esta manera, en el diseño original, la pareja se fortalece mutuamente y tienen una identidad más fuerte que la de cualquiera de los dos por separado. 

«Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne», (Génesis 2:24). Para unirse en matrimonio es necesario dejar. Dejar a los padres para unirse a su cónyuge es diseño de Dios. Unirse es tomar una posición de manera activa, con propósito; significa «adherirse», y se da de manera completa una vez que han dejado a su padre y a su madre. 

Dios estableció la sinergia en la relación en una sola carne. Sinergia significa que la totalidad es mayor que la suma de las partes. Cada uno tiene cualidades y atributos únicos que realizan su unidad. Adán, solo, tenía cualidades y responsabilidades, que fueron potenciadas cuando los dos fueron una sola carne. 

Reflexionemos

¿Cuánto tiempo llevamos casados y seguimos viviendo con los suegros? ¿Estamos cumpliendo con los planes perfectos de Dios para el matrimonio?

A veces, es necesario hacer un alto en nuestras vidas y pedir dirección en oración para tomar decisiones que nos ayuden a expresar el diseño de Dios como pareja. 

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