La ley del espíritu de vida en Cristo JesúsMuestra

Cristo está representado en todo

Para entender la contraparte de la ley, vamos a estudiar a uno de estos siete hombres: Adán. Adán y Cristo son cabezas representativas, dos órdenes gubernamentales con dos órdenes de operación. Uno opera en la vieja creación y otro opera en la nueva creación. Adán es la cabeza representativa de la vieja creación, por lo tanto, todo lo que está en Adán con relación al propósito es viejo, ya pasó, ya fue crucificado y sepultado, lo que resucita no es un Adán mejorado, por eso la obra del Espíritu no es que seas una mejor persona. Por voluntad propia, puedes llegar a ser mejor persona de lo que eres hoy, pero eso no significa que serás como Cristo, porque lo único que puede llegar a hacer de nosotros la imagen de Cristo es la obra del Espíritu, que no es en la fuerza de la voluntad humana, sino que viene por medio de la transformación del entendimiento a la comprensión de quién eres en Cristo. 

Para ayudarnos a entender que hay dos cabezas representativas y que representan un orden operacional, Pablo hace una distinción marcada en 2 Corintios 5:17, donde dice: De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron… aquí no habla de las cosas malas que hacías, ni del ron que bebías y lo malo que eras antes, ¡gloria a Dios que nos sacó de allí! Sino que aquí habla de un orden al que pertenecíamos, a un gobierno al que tú y yo estábamos sujetos, a un orden donde operábamos. 

A eso Pablo le dice, las cosas viejas pasaron. ¿Qué fue lo que pasó? El orden adámico y sus operaciones con todo lo que representaba, pero ahora ¡todas las cosas están siendo hechas totalmente nuevas! El versículo 18 dice: y todo esto proviene de Dios. En otras palabras, no lo puedes producir, no lo puedes manufacturar, no lo puedes inventar, ni puedes hacer experimentos a ver si te sale una nueva creación: todo esto proviene de Dios, es una obra de Dios desde el principio.

Adán es la cabeza representativa del orden del alma viviente y, como hay una ley establecida desde el principio, que todo se reproduce según su género, entonces todo lo que vendría después de Adán sería considerado y operaría en el orden del alma viviente. Pablo dice en Romanos que Adán era una sombra del que había de venir. Lo que forma una sombra es la luz, en ausencia de luz no hay sombra, hay oscuridad. La sombra se crea cuando hay un obstáculo para que la luz pase, puesto que la luz viaja en una dirección. Si Adán era la sombra, ¿Quién era la luz?