La ley del espíritu de vida en Cristo JesúsMuestra

La ley de vida

Pablo nos dice que la evidencia de que algo es de Dios es que está gobernado por la ley de vida. La característica fundamental de que algo opera en la ley del Espíritu de vida, es la vida. En esta ley, todo lo que opera está relacionado con la vida. Lo que es según Dios tiene que vivir porque contiene la vida de Dios mismo. Es una ley y no va a fallar. Los hijos de Dios podemos tener esta garantía, no importa cuál sea tu crisis o cuál sea tu problema, si está en Dios, vivirá, fructificará, cumplirá su propósito. La ley opera porque es la ley del Espíritu de vida; la evidencia que tenemos de que algo opera en la ley del Espíritu de vida es la vida misma. 

El fundamento legal, sobre el cual la ley se ha establecido y opera, es Cristo Jesús, porque esta ley no opera independiente de Cristo. Para operar y tener las potencialidades de lo que esta ley nos entrega, es necesario estar en Cristo, porque es la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús. 

Esta ley opera en este momento, aunque todo a tu alrededor esté descompuesto y parezca ir de mal en peor. Después de que salgas de lo que estás pasando, esta ley de vida del Espíritu va a formar en ti lo que Él siempre quiso que se manifestara, te vas a parecer un poco más al Hijo de Dios, vas a hablar como el Hijo de Dios, vas a pensar con la mente del Hijo de Dios, porque esta ley opera en Cristo, y todos los que están en Cristo reciben la potencialidad de lo que representa. 

Para entender la ley del Espíritu que está en Cristo, es necesario llegar a conocer a Cristo. No se trata de aprender un conjunto de doctrinas cristianas, saber mucho de la Biblia o tener grados avanzados de teología. Nada de esto es equívoco, pero es necesario entender que Cristo no es tan solo unas cuantas letras, Cristo no es un catecismo de doctrina que te aprendes del 1 al 20. Cristo es un espíritu viviente, es un ser. Cristo no es una Biblia, no es un manual, no es un curso de discipulado; es el Espíritu vivificado que al tercer día resucitó y está sentado a la diestra del Padre y que, por el Espíritu de vida, ha sido depositado en nuestro espíritu para que podamos conocer todo lo que hemos recibido en Él.