[Serie Nuestra historia–Un repaso bíblico para católicos] Los libros históricosMuestra

1 y 2 Macabeos

Uno de los temas que despiertan curiosidad y perplejidad entre nosotros tiene que ver con la participación de Dios en la historia. ¿Hasta qué punto Dios interviene o no en la vida de los hombres? 

Este será el tema principal en el primer libro de Macabeos, la participación de Dios en la historia–el pueblo de Dios, en exilio, inicia una rebelión contra los reyes seléucidos de Siria. Los macabeos lucharon por sus derechos de libertad religiosa en un período histórico caracterizado por el «helenismo». En dicho tiempo se difunden la cultura y la lengua griegas en todo este territorio de la cuenca del Mediterráneo.

Seguida a la muerte de Alejandro Magno, dos de sus generales se reparten el imperio y fundan dos dinastías (la dinastía de los lágidas, y la dinastía de los seléucidas). Palestina se encontrará así, entre dos potencias. Los lágidas fueron respetuosos de las costumbres de los pueblos conquistados, mientras que los seléucidas, no. No se conformaban con conquistas de orden político, también querían subyugar cultural y religiosamente.

La opresión más cruel hacia el pueblo judío fue ejercida por Antíoco Epífanes (175-164 A.C.) El sacerdote Matatías y sus hijos emprenden la guerra de liberación que se narra en ambos libros de Macabeos. De las victorias de los macabeos frente a sus enemigos podemos sin dudas rescatar la fe en le Señor y la fidelidad a su Palabra (la Ley) como una fuerza más poderosa que cualquier ejército e imperio. Si Dios está con su pueblo, ¿quién podrá enfrentarlo?

Es posible que en algún momento de tu vida te hayas enfrentado a sucesos contradictorios, difíciles de explicar y mucho más difícil aun, de enfrentar. Como hijos de Dios, sabemos que nuestra identidad, no impide que lo que nos rodea nos afecte. Dios no prometió que al ser sus hijos íbamos a estar exentos de pruebas y dificultades. 

Pero sí nos prometió que nunca nos dejaría, y que siempre estaría con nosotros. Y esto es lo que hemos visto a lo largo de estos días y en cada historia. Dios es fiel. Dios es misericordioso. Dios es amor. ¡Qué diferente puede ser tu historia y mi historia si comprendemos que Dios está con nosotros en cada etapa de nuestro camino aquí en la tierra!

Somos peregrinos, nuestro destino final está de regreso a los brazos de Jesús en ese lugar maravilloso que nos prometió que está preparando para nosotros en el cielo. Jesús es el camino a ese lugar, él es la verdad y la vida. 

Si nunca lo has hecho, hoy te invito a que abras tu corazón y hagas a Cristo, el Señor de tu historia. Tómate unos momentos y dedícale a Dios tu vida y tu futuro. Cuéntale qué estás viviendo, háblale acerca de tus pruebas y dificultades. Entrégale tus cargas y tus problemas, confía en que él te ama y que estará contigo, todos los días hasta el fin del mundo.