[Serie Nuestra historia–Un repaso bíblico para católicos] Los libros históricosMuestra

Josué, Jueces y Rut

El libro de Josué recibe este nombre no porque haya sido Josué su escritor, sino porque este, es el personaje principal. Su nombre significa «Jehová salva»o «Jehová es salvación». En el Pentateuco, lo vimos como el ayudante de Moisés. Recordemos que el pueblo de Dios llegó a las puertas de la Tierra Prometida, Moisés vislumbra la Tierra desde el monte más cercano y fallece. Josué, su lugarteniente, toma el bastón de mando y lleva al pueblo de Dios a entrar en la Tierra Prometida.

Josué liderará una serie de batallas que llevarán a la conquista del territorio ocupado por pueblos que practicaban costumbres paganas como sacrificios humanos (especialmente de niños) incesto y demás. Si quieres profundizar sobre la maldad de estos pueblos, te invito a que leas Levítico capítulo 18, donde Dios advierte a Israel sobre no contaminarse con las costumbres y prácticas paganas. 

El libro de Josué es un libro de victoria, ya que justo a este líder, Israel conquista la Tierra Prometida. Mientras que el libro que le sigue, Jueces muestra exactamente la otra cara de la moneda, la derrota. Luego de la muerte de Josué la nación entra en un período de decadencia. Sin liderazgo, «cada uno hacía lo que bien le parecía» (17:6; 21:25). Podemos decir que estos versículos sintetizan en forma perfecta lo sucedido durante este período. 

La lectura del libro de Jueces nos permitirá ver la repetición de los mismos ciclos una y otra vez: Israel deja a Dios para seguir otros dioses, Dios los entrega en manos de sus enemigos, en medio de la aflicción Israel implora a Dios por ayuda, Dios les proporciona un caudillo (juez o libertador). Mientras vive este libertador dado por Dios hay orden y fidelidad a Dios, pero cuando este muere, el pueblo regresa a la apostasía.

En todo el libro de Jueces vamos a ver la fidelidad de Dios para con su pueblo, aun cuando ellos no cumplían con su parte del pacto, Dios siempre escuchó el clamor y peleó por ellos cuando lo necesitaron. 

Pero obviamente no todos los hebreos se dieron al desenfreno y a la idolatría. El libro de Rut nos muestra como Dios recompensa la fidelidad de una muchacha extranjera y, además, cómo una tragedia familiar se convierte en un claro ejemplo de la providencia divina. 

Rut queda viuda y decide permanecer al lado de su suegra, Noemí y ayudarla en su regreso a su tierra (Belén). Ambas viudas y desamparadas, encuentran respuestas a sus oraciones cuando un pariente de Noemí, Booz, se enamora de la joven y rescata así, a ambas de la pobreza y del hambre que se vivía en esos tiempos. Esta joven extranjera se convertirá en bisabuela del rey David y en parte del linaje de Jesús. 

Esta historia nos presenta claramente, el amor de Dios por la humanidad –para formar parte del pueblo de Dios lo importante era la fe. No era ni es cuestión de raza. Dios recibe en sus brazos a todos aquellos que deciden formar parte de su pueblo.