[Serie Nuestra historia–Un repaso bíblico para católicos] Los libros históricosMuestra

Los libros históricos

No todos son amantes de la historia. Especialmente cuando el estudio de ésta se remite a la repetición o enunciación de fechas, datos, personajes y lugares. Pero cuán diferente es hablar de historia cuando comprendemos cuánto las fechas, lugares y personajes han influenciado, influencian y dieron forma a eventos que transformaron y dan forma a nuestra manera de pensar, actuar y vivir hoy. De repente todo aquello que nos parecía monótono y aburrido cobra vida delante de nuestros ojos.

Ahora piensa en cuán interesante y sublime se vuelve la historia cuando el personaje principal y el mayor protagonista detrás de todas las historias es el creador de todo y de todos. Es Dios quien da significado a su creación y a los acontecimientos. Será a través de la historia del pueblo que Dios escogió, para bendecir a todas las familias de la tierra, que podremos aprender valiosas lecciones que quedarán impresas en nuestros corazones.

Veremos que Dios es un ser personal, que obra a favor de los hombres y mujeres que confían en él. Su personalidad y cualidades se ponen de relieve a través de encuentros personales y sucesos históricos. Dios eligió a Abraham y estableció un pacto con él. De Abraham y sus descendientes se formó una gran nación. Cuando fueron esclavizados en Egipto (al escapar de una gran hambruna mundial) fueron liberados por Dios en forma sobrenatural y llevados al desierto antes de entrar a la Tierra Prometida. Será allí donde Dios hará un pacto con ellos entregándoles la Ley y haciendo de un pueblo, una nación santa.

En los próximos días, veremos la descripción de eventos que van desde el 1220 hasta el 200 A.C. Israel será gobernado por Josué, los jueces, los reyes, las naciones invasoras y, brevemente, por los macabeos. 

También examinaremos cómo el pueblo escogió innumerables veces alejarse de los preceptos dados por Dios, corriendo detrás de otros dioses y abandonando todo lo bueno, justo y santo. Las consecuencias de todo ello y el precio que generaciones enteras pagaron por haber decidido alejarse de Dios. 

Pero como ya hemos visto en nuestra serie anterior –el Pentateuco– Dios es amor, y siempre está dispuesto a perdonar y restaurar a sus hijos cuando estos arrepentidos corren a sus brazos. Así, Dios prepara el camino para la llegada del redentor –Jesús.

El mensaje central de toda la Biblia puede realmente comprenderse cuando ponemos en perspectiva que la historia principal es la historia de redención de la humanidad –del rescate del pecado y del alejamiento que tuvo su comienzo en el jardín del Edén, y que se perpetúa cada vez que escogemos alejarnos de Dios. 

Es Nuestra Historia, la historia de un Dios amoroso que nos ama con un amor inagotable. Sin lugar a duda, esta será una semana llena de gratas sorpresas donde las Sagradas Escrituras cobrarán vida delante de nuestros ojos, y donde nuestra mente y corazón, serán renovados a través de la lectura y comprensión de la Palabra de Dios.

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