Cuando falla la fe: 10 días encontrando a Dios en la sombra de la dudaMuestra

Si el hogar es la vida de la fe, entonces la duda es qué camino debemos tomar para llegar ahí. Hay desafíos en el camino: peligros, soledad, angustia, temor, preguntas. La palabra pregunta viene del latín quaerere, de donde proviene la palabra búsqueda. Una búsqueda, como cualquier aventura, está llena de obstáculos. Cada llamado tiene un costo. Las montañas son difíciles de escalar. Los valles son duros de aguantar. Para la mayoría, es como ir a casa. Para otros que conozco (y envidio) es mucho más fácil. El viaje a casa es una autopista de cuatro carriles; suben al auto y han llegado. Otros, como yo, están en la ruta panorámica.

Pero de cualquier forma, estamos yendo.

Y no estamos solos. . . .

Estamos confundidos y solos, frenéticamente buscando entre los escombros un propósito. Se nos dan dos guiones. Uno dice que no hay significado. Todo es un accidente. Las cosas pasan. Y más aún, que tú eres un accidente.

Pero Jesús nos da otro guión. Él dice que la vida sí tiene sentido, que todo es acerca de quién eres, el aire en tus pulmones, el corazón palpitando en tu pecho, tus lágrimas, miedos y sueños importan. Él promete que la justicia va a reinar, la misericordia va a triunfar, que lo que está en ruinas será reconstruido y nos invita a unirnos a Él de la mejor manera que sepamos.

Algunos dicen que esto es sólo una fantasía. Y, ¿quién sabe? Tal vez tengan razón. Tal vez nosotros somos los locos, los engañados. Pero prefiero vivir mi vida en esperanza, buscando a un hermoso Dios, antes que en el dolor y el vacío de un mundo sin Dios.

Creo en un Dios que nos creó, amó, se dio a Sí mismo por nosotros y nos atrae incansable, inexorable y amorosamente hacia Él.

Creo que la vida tiene un propósito.

Creo que la muerte no tiene la última palabra.

Creo en una realidad fundamental y. . . está llena de vida, belleza, color y profundidad.

Creo que la duda es parte del ser humano. Nos expande, nos lastima, pero después, si se lo permitimos, nos guía a una fe más profunda.

Creo que incluso cuando el sol se oscurece, volverá a brillar otra vez. El eclipse pasará. El mundo podrá verse distinto, pero también nosotros.

Y creo que somos más que materia.