Vivamos con dignidadMuestra

Luchar unánimes

Luchar unánimes por la fe del evangelio, es otra de las recomendaciones de Pablo. La fe de la que habla aquí Pablo, es la fe del evangelio. No es la fe de una religión. Evangelio significa, buenas noticias. No es la fe de una denominación, no es la fe de los evangélicos, de una congregación específica, sino de las buenas noticias. Las buenas noticias, son que Cristo vino a salvar a este mundo sin importar tu color, tus ideas, tus pensamientos, tu idioma. No debemos avergonzarnos de las buenas noticias. 

Hay evangélicos que producen vergüenza, porque han dañado la imagen del verdadero evangelio. No representan lo que el evangelio hace y lo que Cristo es. Muchos cristianos han hecho que el mundo se burle de lo que es el evangelio. Cuando alguien hace una locura piensan que todos estamos en lo mismo. Afortunadamente, quedamos personas que entendemos y procuramos caminar en la vida en el Espíritu, que hacemos las cosas correctas, que tomamos los valores de Dios y los aplicamos a la vida. 

Personas que tratamos de expresar los valores correctos en lo que hacemos, tratamos de enseñarlos a la gente, tratamos de aplicarlos a la vida de acuerdo al modelo de Cristo, modelo de la nueva creación. Hay una cultura del mundo contraria a la fe, y también hay una cultura religiosa que se contrapone a la fe, contraria a lo que menciona la Escritura. Y si lo que dice la religión es diferente a lo que dice la Escritura, debe prevalecer lo que dice la Escritura. 

Debo aceptar la verdad y luchar por la verdad del evangelio que nace de Cristo y procede de Él. No por la verdad de una religión. La verdad que produce vida, la vida de la nueva creación. Debemos luchar unánimes, al mismo tiempo, en el mismo sentido, por el establecimiento de esa verdad y por el rechazo de todo lo falso. Nuestro llamado no es a ser pasivos, no es a no hacer nada. No estamos luchando físicamente contra nada. Luchamos contra ideas, preceptos, filosofías, culturas, modas, cosas que se quieren establecer en la sociedad y que se perciben, reciben y aceptan como una verdad. Se dice que el que no acepta la verdad que dicta la cultura moderna es un anticuado, y con esa aseveración, manipulan a los hijos de Dios que no están firmes.