Nuestra Eternidad SeguraMuestra

Semana 1 - Día 4

Lectura: Juan 2:1–11

DEVOCIONAL: Juan 2:11

"Este fue el comienzo de las señales que hizo Jesús en Caná de Galilea. Manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él".

A lo largo del Evangelio de Juan, el autor presenta siete señales milagrosas que realiza Jesús. Estas señales estaban destinadas a que los lectores de Juan presenciaran actos poderosos que revelan la realidad de quién es Jesús. Si entendemos estas señales y las interpretamos correctamente, encontraremos una imagen clara de cómo Jesús es el Hijo de Dios y el único camino a la vida eterna.

La primera señal se encuentra en el milagro de las bodas de Caná de Galilea. Jesús asistió a una boda con Sus discípulos. Caná era un pueblo cerca de Nazaret, donde Jesús vivió antes de Su ministerio público. Su madre también estuvo presente, indicando algunas conexiones familiares con la boda. Cuando se acabó el vino, Jesús realizó el primer milagro registrado en este Evangelio y convirtió seis tinajas de agua en vino selecto. Esta fue la primera de estas señales milagrosas que registró Juan. Al hacerlo, reveló a Sus discípulos que Él era el Hijo de Dios y comenzó Su ministerio público.

Esta historia puede sonar un tanto familiar para muchas de nosotras. Y a pesar de que tratemos de estudiar el Evangelio de Juan con ojos frescos es un tanto difícil acercarnos al texto sin prejuicios. Hay algunas interpretaciones de este texto que afirman que el vino no era más que una bebida sin alcohol de uva. O, puedes encontrar una interpretación que dice que, al convertir el agua en vino, Jesús aprobó el consumo de vino y otras bebidas alcohólicas. Puede ser fácil quedar atrapado en la maleza, concentrarse en los detalles mínimos en lugar del panorama general. Cuando interpretamos este pasaje haciéndolo sobre lo que nosotras, como cristianas, deberíamos pensar sobre el vino, perdemos el milagro que Jesús realizó.

Jesús realizó Su primera señal milagrosa al convertir el agua en vino. Juan usó este milagro en su relato del ministerio de Jesús para mostrarnos que Jesús es el Hijo de Dios y el único camino a la vida eterna. Jesús convirtió una cosa en otra. Cambió las propiedades del agua en una sustancia completamente nueva: el vino. Solo Aquel que creó tanto el agua como el vino podría hacer tal cosa. Jesús muestra Su poder sobre la creación, probando lo que Juan dijo en el capítulo 1, que todas las cosas fueron creadas por Él (1:3). Estamos destinadas a ver Su grandeza, Su poder y Su creatividad en esta señal. Estamos destinadas a ver Su gloria y creer en Él.