Nuestra Eternidad SeguraMuestra

Semana 2 - Día 2

Lectura: Juan 3:22–36

DEVOCIONAL: Juan 3:35–36

"El Padre ama al Hijo y ha entregado todas las cosas en su mano. El que cree en el Hijo tiene vida eterna; mas el que no cree en él no verá esa vida, sino que la ira de Dios recae sobre él."

Mientras continuamos nuestro estudio del Evangelio de Juan, repasemos algunas verdades fundamentales sobre este relato del ministerio de Jesús. Primero, este relato no siempre está en orden cronológico; este Evangelio está organizado para demostrar a los lectores de Juan que Jesús es el Hijo de Dios y el único camino a la vida eterna. Los eventos se registran de una manera que tiene sentido temáticamente, no siempre en el orden exacto en que ocurrieron. En segundo lugar, los primeros doce capítulos se centran en el ministerio público de Jesús. Estos capítulos muestran lo que el mundo le vio hacer y le escuchó proclamar acerca de Él y por Él.

En la lectura de hoy, se nos presenta a Juan el Bautista, el enviado a testificar sobre quién es Jesús y lo que vino a hacer, a su vez a desafiarnos ¿Creemos estos testimonios sobre Jesús? ¿Creemos que es Él quien dice ser?

Cuando los discípulos de Juan expresaron su preocupación de que la gente acudiera en masa a Jesús en lugar de a él, Juan les corrigió. Juan conocía que su propósito no era quitarle importancia a la obra de Jesús sino dirigirlos hacia Él. Juan no se engañaba de que él era el Cristo; claramente proclamó que no lo era y les señaló a Aquel que sí lo es. Las palabras de Juan en el versículo 30 nos dan una manera hermosa de vivir nuestras vidas: “Es necesario que él crezca, y que yo mengüe.”

Juan (el autor) concluye esta escena con una narración sobre Jesús, el enviado de Dios. Él solo habla las palabras de Dios y nos da el Espíritu. El Padre ha puesto todas las cosas bajo Su autoridad; no hay nada que Él no vea o no sepa. Cuando creemos en Él, recibimos la vida eterna. Pero, como nos recuerda Juan, no podemos olvidar que si lo rechazamos, no recibiremos esta vida. En cambio, recibiremos la ira de Dios.

Jesús es el único camino a la vida eterna. No recibimos vida si ponemos nuestra fe tanto en Jesús como en otras religiones. Si creemos que la religión o cualquier dios puede salvarnos, entonces realmente no entendemos ni creemos en Jesús, en quién es y en lo que ha hecho. No fue simplemente un buen maestro, un buen hombre o un profeta. Él es el Hijo de Dios y solo Él es el camino a la vida eterna.