Rebeca

Sentí la vocación de continuar mis estudios cuando terminé la universidad.  Uno de mis lugares favoritos para pasar el tiempo era la biblioteca, acurrucada en un rincón tranquilo, en medio de un mar de libros… era tan tranquilo.  La idea de pasar unos cuantos años más estudiando en la biblioteca no me intimidaba en absoluto.

Envié solicitudes a varias universidades, cuando no entré en mi primera opción, me sentí desolada.  Me pregunté si era la voluntad de Dios para mi vida asistir a la escuela ahora, o esperar.  Había estado orando durante meses antes de presentar la solicitud, así que me quedé confundida.  ¿Realmente quería Dios que fuera a ese lugar?  ¿Sabía mi deseo de ir la opción #1?

Luché con esa decisión y oré más.  Llegué a la conclusión de que como había dejado esto en manos de Dios, ya estaba. ¡Era la opción #2! No importaba cómo me sintiera, iba a aceptar la invitación, porque Dios había respondido a mi oración…sólo que de una manera diferente a la que había imaginado.

Rebeca también se enfrentó a una elección.  Sin embargo, a diferencia de mí, ella respondió con mucha más seguridad, firmeza y rapidez. Su decisión final tuvo un impacto en la persona con la que pasaría el resto de su vida.  No sabía que su elección llevaría finalmente al nacimiento de la nación de Israel.

Abram estaba buscando una esposa para su hijo.  Envió a su siervo a buscar en oración y llegó a un pozo donde Rebeca también estaba llenando su jarra.  

¿Coincidencia?  No. ¿Providencia?  Si.  

Cuando el sirviente se encuentra con el hermano de Rebeca, le cuenta los detalles de cómo Dios lo envió a ese pozo y el propósito de su visita.  Entonces, Rebeca se enfrenta a una decisión fundamental.  ¿Se irá con este sirviente a una nueva familia y se casará con un desconocido?

¿La decisión de Rebeca?  Sus palabras, como están escritas en Génesis 24:58, “Iré”.  

Su voluntad de “ir” cambió el curso de la historia.  Rebeca se casó con Isaac y se convirtió en la madre de Jacob, más tarde llamado “Israel”.

¿A que decisión te enfrentas?  Ponlo en las manos de Dios y mira lo que puede hacer.  No hay duda de que el rumbo de nuestras vidas cambiará cuando sigamos el camino que Él ha elegido para nosotros.  

~Betsy