EL HÉROE SIN MANTO

Los superhéroes se distinguen de los ciudadanos comunes por varias características, una de ellas es que todos tienen un traje que los hace únicos y fáciles de identificar. Batman, un simple mortal, tiene su vestimenta que lo cubre de las armas de sus enemigos. Peter Parker es un estudiante común y corriente hasta que se coloca su traje de Spiderman y sus superpoderes son completos.

Desde su nacimiento, Jesús marcó la tendencia de lo que sería: un Rey lleno de humildad. Jesús nunca se identificó por su forma de vestir. Su esencia como persona lo dignificaba. Sentado con los más humildes, amando a los niños, perdonando pecados, tocando leprosos, aceptando personas de dudosa reputación a su lado, conversando con publicanos... Jesús pasó su vida antes de la cruz compartiendo la mesa con muchos de estos para darles las buenas nuevas y otorgarles la esperanza de un cambio de vida para todos aquellos que estaban lejos de Dios.

Este héroe no precisó ropa especial para mostrarse como rey. Fueron su carácter y su forma de ser las que deleitaron a Dios Padre. Ahora llegaba el momento de la cruz, cuando se cumplirían las escrituras tal como lo señalaba el Salmo 22.

Lo fundamental que nos enseña Jesús es que más vale ser que parecer. Las apariencias engañan y no se sostienen por mucho tiempo, pero el ser es algo natural. A este Rey le fue quitado todo, incluso su túnica. Él llegó hasta allí por tu vida para que puedas hoy ser en lugar de parecer y tener una vida más agradable.

Acércate a Él.