El Lado Oscuro Del LiderazgoMuestra

El orgullo

Si rememoramos en el transcurrir de la historia y nos preguntamos cuál fue el primer pecado, dirás: “El de Adán y Eva”. Pero hubo algo más, y eso ocurrió en el cielo. Lucifer, el lucero de la mañana, el ángel más perfecto, la mano derecha de Dios; su poderío no tenía comparación a otro ser creado, obtuvo alabanzas en su creación, todo le iba muy bien “hasta que se halló maldad en él”. Ya que en ese momento se halló el pecado que él mismo originado en su ser. Lo primero que tuvo fue ORGULLO acompañado de envidia, celos, altivez, desobediencia, mentira y mucho más; todo eso en un solo instante.

Entonces, ¿cuál es la reflexión? Que al momento de experimentar el orgullo estamos actuando como él y eso acarrea más pecados. El orgullo hizo que se separe de la intimidad de Dios, de su puesto; ocasionando una rebelión disfrazada en mentira al convencer y atraer a la tercera parte de los ángeles del cielo y lamentablemente ellos le siguieron. Hagamos una pausa aquí, ¿por qué siendo ángeles le obedecieron? Bueno, en sí ellos también tuvieron el mismo pensamiento que su líder, ya que se dejaron convencer por falsas promesas y puestos. El que no tiene discernimiento se deja convencer del engaño fácilmente.

El orgullo trae muchas consecuencias negativas, pero no nos confundamos con el estar orgullosos por un logro de algún acto favorable en nuestras vidas. Se vuelve malo cuando está involucrada la soberbia. El orgullo de Salomón al ser el rey estrella en ese momento trajo sus consecuencias; el orgullo de Sansón, el de Jonás, el de Nabucodonosor, el de Saulo trajeron sus consecuencias. ¿Qué es lo que Jesús nos enseña?... A ser humildes y mansos, a tomar sus actitudes y comportamientos, ya que siendo Rey y el Hijo de Dios fue el ser más humilde de la tierra. No prevaleció su puesto, sino que tomando forma de hombre no se enalteció y estuvo conforme al corazón de Dios.

Nosotros debemos de ser así o el orgullo destruirá un ministerio, un propósito y un legado. Cuando surge el orgullo al momento de ser derrotado caerá con fuerza y todo a su paso, todo lo que hemos construido se convertirá en cenizas, esos pilares podrían caer. Así que cuando tengas un mérito no lo estés exhibiendo desesperadamente a todos para que obtengas los aplausos que deseas, no dejes que te lancen flores y te llenes de palabras bonitas. Convierte tus hazañas en agradecimiento y no en soberbia, ya que todo lo que tienes y todo lo que has hecho no es por ti, sino que ha sido por Dios. No eres tú, es Dios en ti; y si Él desea quitártelo lo hará. Que no se enaltezca tu corazón al ver si tú tienes el grupo más grande, la iglesia más bonita, si te sabes toda la Biblia al revés y al derecho y si tienes mucha gente, etc. Así que cuidado con el orgullo porque en el liderazgo puede ser ese talón de Aquiles, ese aguijón; sé humilde y actúa con prudencia. Que no se te suban los humos. No dejes que Dios te diga: “Hasta que se halló maldad en ti”.