El Lado Oscuro Del LiderazgoMuestra

Nuestra intimidad

De nuestra intimidad con Dios depende nuestro liderazgo, nuestra formación, nuestro crecimiento, nuestro ministerio. Pero no solo es tener una intimidad, sino teniendo una relación. Tener solo una relación es por ejemplo acercarte a Dios puede ser momentáneamente, hacer oraciones comunes, leer la Biblia de repente; pero al tener ya una intimidad es todo lo contrario, es hacerlo todo ya con un corazón bien dispuesto, buscarlo en una intimidad de verdad donde podamos sentir al Espíritu Santo.

Es como en las parejas, debes de tener primero una relación para poder llegar a la intimidad, esas dos cosas son las primeras pautas que un líder debe de tener para que su ministerio esté bendecido y tenga éxito, así lo verán los demás como un ejemplo. Si nuestra intimidad con Dios está 100% agradable ante el Señor definitivamente nos irá bien y no viviremos preocupados, las cosas en nuestros grupos estarán bien organizadas, nuestro ministerio tendrá un crecimiento impresionante, porque el Señor también ve nuestro corazón y como nosotros le servimos; pero si tenemos una intimidad como un cristiano tibio nuestro liderazgo y el grupo podrá decaer fácilmente y podremos caer fácilmente en las tentaciones, en las garras del enemigo. Como líderes debemos de ser los primeros en dar el ejemplo a nuestros discípulos, porque si enseñamos tener un acercamiento al Señor hay que aplicarlo, si no te volverás en un fariseo que no aplica. Cómo debería ser nuestra intimidad (Esto también le puedes enseñar a tus discípulos):

1. Orar fervientemente, una oración donde podamos sentir al Espíritu Santo.

2. Leer la Biblia para poder tener la dirección del Espíritu y poder tener respuestas de parte de Dios, porque en su palabra Él nos habla.

3. Escuchar alabanzas, así el enemigo huira de nosotros y nos mantendremos gozos.

4. Ir siempre a la iglesia, esa es la casa de Dios y ahí podremos tener una conexión con Él.

Nuestro testimonio e intimidad con Dios también involucra en el matrimonio, ser fiel a la idónea o al idóneo. Pues lo que el hombre unió nadie lo puede separar, dejar que Dios sea el centro del matrimonio permitirá tener una buena relación matrimonial, lo esencial es tener: amor, confianza y comunicación. No ser infieles y no permitir el pecado de adulterio o fornicación. Lo que hacemos en secreto Dios lo ve y lo puede condenar en público. Eso traerá vergüenza a nuestro liderazgo y ministerio. Hay más cosas, pero estas son las más importantes. Así que procura siempre tener una relación y una intimidad con un corazón dispuesto ante el Señor. Para que todo te vaya bien y sigan viniendo muchas bendiciones, pero no lo hagas por interés, sino por una necesidad, así los de tu entorno te verán como un real hijo de Dios y tomaran ese ejemplo a seguir. Demuéstrales quien eres. Marca la diferencia, para que la gracia de Dios actúe y se active en tu vida.