Ordenando el desorden

En el Génesis, la Biblia empieza narrando el estado de la tierra. Dice que estaba desordenada y vacía, y que las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, pero en medio de todo lo que parece caos, veo algo maravilloso manifestado. Y es que, a pesar de todo, el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de la tierra. ¡Aleluya! ¡Qué buena noticia! A pesar de que todo esté patas arriba en nuestras vidas, Dios se mueve alrededor esperando poder actuar. Desde el principio de la creación, ha habido desorden, sin embargo de igual manera, Dios siempre ha estado ahí preparado para crear algo bueno, agradable y perfecto para cada uno de nosotros.

Lo primero que hizo Dios fue crear la luz; es imposible poder ordenar un lugar estando a oscuras. Por eso, en Génesis 1:3, ordena que sea hecha la luz en donde moraba la oscuridad; tal vez con la intención de reinar allí para siempre. Llega Dios y lo cambia todo, alumbra el lugar y deja ver todo lo que hay alrededor.

Así es Dios en tu vida, Su intención siempre ha sido que more la luz en ti, y que seas luz para alumbrar todo a tu alrededor; para que puedas ver las pequeñas manchas que si te descuidas, pueden convertirse en enormes y dañarte a ti y a quienes te rodean. El sueño de Dios es que alumbres y Su luz pueda verse por medio de ti para que aquellos que viven en oscuridad puedan ver la salida del túnel en que se encuentran.

Si eres tú quien se encuentra en oscuridad, quiero decirte que Dios ya determinó que sea hecha la luz para alumbrar tu camino. Esa luz es Cristo y siempre está alumbrando con fuerza para que jamás seas vencido por las tinieblas. No tienes por qué permanecer allí; no fuiste creado para ello. Por eso, lo primero que hace Dios es crear luz, la luz a la que realmente perteneces.

Oración:

Hoy, pido a Dios por ti. Que Su luz ilumine tu vida y que nada pueda apagarla, que no creas las mentiras del enemigo que quiere dejarte sumergido en las tinieblas, y vivas de acuerdo al lugar a donde perteneces desde el principio, a la luz.