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El Plan De Dios Para Transformar NacionesMuestra

El Plan De Dios Para Transformar Naciones

DÍA 6 DE 8




La Iglesia que transforma al mundo.

Lo que expresa el nuevo hombre nacido de Dios es la plenitud del reino. La plenitud del Padre. La del Hijo (Colosenses 2.9-10). La del Espíritu. Ya no importa qué es lo que piensa mi mente carnal. Esta mente está ahora sometida a, y absorbida por, la mente de Cristo. Todo lo que la mente carnal ve limitado, en Cristo es infinito. Todo lo que la mente carnal ve como terrenal, la mente de Cristo lo expresa como celestial. Todo lo que la mente carnal ve como imposible, la mente de Cristo lo ve como posible e inevitable. Lo que para la mente humana es derrota, para la mente de Cristo es victoria. Y asimismo, en este movimiento espiritual, donde nuestra mente es renovada por la mente de Cristo, nuestro raciocinio e inteligencia aumentan, no disminuyen. En la mente de Cristo, somos más inteligentes, no más torpes. Más sabios, no más ignorantes. La mente de Cristo no anula a la mente racional humana, sino que la absorbe, la somete y la expande. Por tal efecto, somos tanto más sabios, y más intelectuales, cuanto más inteligentes. No sólo sabemos más, sino que entendemos y “comprendemos” asuntos que sólo nos son accesibles por la sabiduría que se encuentra escondida en el conocimiento de Dios (Colosenses 2.3).

Humillarse en el mundo es perder. En el cielo es ganar. Ceder en el mundo es retroceder, en el cielo es avanzar. Dar en el mundo es menos. En el cielo es más. Obedecer en el mundo es rendirse. En el cielo es gloria. Despojarse en el mundo es derrota. En el cielo es victoria. Para el mundo bendiciones son “cosas”. Para el cielo bendición es victoria espiritual y atributos eternos.

La concreción de la voluntad de Dios a través de su Iglesia, entonces, procede a través de la obra sobrenatural del amor de Cristo. Es decir que quienes somos perfeccionados en el amor, somos capaces de colaborar en alcanzar la voluntad de Dios en la tierra. De este modo, todo lo que es afectado por el amor sobrenatural de Dios procede a ser transformado, reformado y restaurado por la vida de Cristo. Y en el amor perfecto manifestado por el espíritu, no hay temor. En la vocación genuina de perderlo todo por ganar a Cristo no subyace el temor. Porque Cristo, el perfecto amor, hecha fuera todo temor (1 Juan 4.18). Y lo que en otro tiempo, aún siendo creyentes, operaba en la naturaleza humana y en nuestra vanidad, ahora es pérdida y basura, con tal de ganar a Cristo, la excelencia de su conocimiento y ser hallados en ÉL (Filipenses 3.7).

Una vida destruida por el alcohol y las drogas, por ejemplo, es afectada por el amor de Dios, y todo es transformado. Las adicciones son abandonadas por efecto del perfecto amor, allí donde ingresó el orden de Dios. Así mismo, una familia que vive en la insensatez de desconocer a Dios, es alcanzada por el amor de la vida de Cristo, y todo (individuos, matrimonio, hijos y parientes) pasa a ser afectado por la obra sobrenatural del Reino de Dios. Lo que ocurre es el traslado de un reino de tinieblas al reino de su Hijo amado, reino de perdón y libertad (Colosenses 1.13-14).

Y del mismo modo, una Iglesia plena de fe y obediencia posee la capacidad y el “mandato” de expresar a Cristo en todo el mundo. En los individuos. En las familias. En los templos. Pero más en las calles. En las aulas escolares. En los claustros universitarios. En los sets televisivos. En las redes sociales. En los teatros. En las campañas políticas. En las empresas. En las fábricas. En los parlamentos. En los hospitales. En los ejércitos y las policías. En los despachos gubernamentales. En los estadios deportivos. En las cárceles. En las filmaciones de películas. En definitiva, en toda la cultura, Cristo desea ser expresado. Y una vez más, es la Iglesia la encargada de hacerlo. Y si hemos nacido de nuevo, esa Iglesia somos tú y yo.

ORACIÓN. Amado Dios deseamos llenarlo todo de tu vida. Que a través nuestro el mundo sea reconciliado con Cristo. Anhelamos ser un cuerpo vivo, unidos en el espíritu para que cada individuo en esta tierra, cada pueblo y nación, cada sistema social, todo lo que existe declare tu gloria y conozca de tu amor, y del poder que levantó a Cristo de los muertos para vida eterna y abundante. Amén.

Día 5Día 7

Acerca de este Plan

El Plan De Dios Para Transformar Naciones

El plan eterno de Dios es que Cristo sea manifestado en todo. Y que todas las cosas sean reconciliadas con Él. Tomando la forma original con que fueron creadas. Esto es una REFORMA. Y la Iglesia existe para cumplir ese m...

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Nos gustaría agradecer a Gastón Bruno por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.efop.com.ar/web/

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