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El Plan De Dios Para Transformar NacionesMuestra

El Plan De Dios Para Transformar Naciones

DÍA 5 DE 8




La cultura de reino como hábito cotidiano.

Cada milímetro que nos apartemos de la obediencia a la fe varadera, representa un resquicio para que filosofías humanas, palabras persuasivas, huecas sutilezas de los engaños de la carne, tradiciones de los hombres, rudimentos de este mundo y pensamientos que nacen de la naturaleza humana como religión y liturgia, y son absorbidos por satanás, nos desvíen y alejen de la verdad de Cristo, engañándonos y apartando nuestro corazón de la plenitud en el espíritu. Y separándonos de la verdad según Cristo, que es nuestro único criterio (Colosenses 2.4-8).

Es muy posible, y ocurre muy habitualmente, que realidades nacidas en el espíritu, terminen siendo absorbidas y operadas en la carne (Gálatas 3.3). La desobediencia. El orgullo. La vanidad. La soberbia. La autosuficiencia y la envidia. La religión. Estas y otras naturalezas carnales operan como ácidos invisibles, inodoros, insípidos que tienen la capacidad de crear pensamientos carnales inspirados por nuestro enemigo. Tienen el potencial de hacer raíces en nuestros argumentos y apagar paulatinamente el conocimiento y la comprensión de Cristo, su verdad y su reino en lo profundo de nuestros corazones. Es sólo cuestión de tiempo para que otras manifestaciones de esta diabólica gestación den inicio, hasta hacerse evidentes aún en formas pecaminosas denigrantes (Gálatas 5.16-21).

Por tal razón es que en cuanto a la vieja manera de vivir, somos ordenados a despojarnos del viejo hombre, a renovarnos (hacernos de nuevo) en el espíritu de nuestra mente, y a revestirnos de este nuevo hombre que es nacido de Dios, formado ahora en la verdadera justicia y en la verdadera santidad. No humanas, sino divinas (Efesios 4.22). Y este es un habito diario. Se hace cultura cotidiana en la madurez de Cristo. En la medida que crecemos en la estatura de Cristo, practicamos más profundamente el despojo de la carne, la negación de nuestro ego, la renovación de nuestra mente por la de Cristo y el revestirnos del nuevo hombre nacido de Dios en nosotros.

Como consecuencia de este maravilloso proceso de morir cada día a nosotros mismos, tomando su cruz, y de nuevo nacimiento en la vida de Cristo, todo nuestro ser pasa a estar gobernado por la realidad del Reino celestial, infinito y eterno de Dios. Ahora estamos sentados con Cristo en los lugares celestiales junto al Padre. Esta es nuestra posición en el reino, y una realidad poderosa es expresada desde esta posición: nuestra vida está escondida con Cristo en Dios (Colosenses 3.1-3). Los intereses del Reino de Dios son ahora nuestros intereses. Somos capaces por las virtudes de Cristo, de despojarnos de los deseos de nuestra naturaleza humana para expresar los deseos de nuestra naturaleza espiritual. Ahora, cuando nos ven… ven a Cristo en nosotros…

En esta verdad, ya no somos seres temporales afectados por un período determinado de espiritualidad, sino que nuestra mente en el Hijo, nos permite comprender que somos seres espirituales eternos, afectados a una circunstancial temporalidad en la vida de este mundo.

Nuestra naturaleza es espiritual, no carnal, temporal y terrenal, y nuestra herencia espiritual, una perla de un valor indecible, que alimenta la esperanza basada en un amor, que es inexplicable desde lo humano. En la dimensión de nuestra realidad espiritual, nada puede separarnos de ese amor, que no sólo es esencia, o una cosa, sino más bien una persona, la persona de Cristo (Romanos 8.35).

ORACION. Amado Jesús, sabemos que nada podrá separarnos de tu amor eterno. Esta verdad nos transforma. El aumento de tu Verdad cada día en nuestras vidas nos llena de tu plenitud. Ser colaboradores contigo en el plan eterno de Dios es todo nuestro gozo. Ninguna circunstancia nos apartará de la cultura de tu reino. Hacemos de tu conciencia nuestro hábito cotidiano. Amén.

Día 4Día 6

Acerca de este Plan

El Plan De Dios Para Transformar Naciones

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Nos gustaría agradecer a Gastón Bruno por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.efop.com.ar/web/

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