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Caer y morir como la semilla

DÍA 5 DE 7

"La Palabra quiebra, rompe y mata"

Cuando la Palabra nos penetra en el espíritu, la carne se duele; la carne se quiebra y se rompe hasta quedar doblegada, sometida, tirada y humillada ante nuestro Padre. El poder de la Palabra de Dios, quiebra, rompe y mata nuestra carne; mientras que a nuestro espíritu lo aviva y lo alinea con el carácter y la identidad de Jesús.

No te voy a decir que es fácil pasar por este proceso. ¡Son tantas las cosas a las que tenemos que morir! Es más, te tengo una no tan buena noticia, aunque deberías tomarla como la mejor de las noticias, si realmente estás en pos de ser como Jesús. Hasta el día que vivamos en esta tierra, vamos a morir a la carne. En el momento en que nuestro Padre determine que no estemos más en este mundo, alcanzaremos la graduación. El último respiro que demos será el paso de transición a ese nivel de gloria en perfección que nos espera al momento de resucitar para encontrarnos con Jesús. Es decir, vamos a tener que ser quebrados y rotos para morir y poder vivir en la identidad de Jesús hasta el último día de vida en esta tierra.

Obviamente, a nuestra carne no le gusta para nada esta noticia; ella quisiera huir e incluso preferiría bajar al sepulcro antes que pasar por este proceso de sufrimiento y de muerte. A la carne le sería más fácil no sentir ni tener que pasar por el dolor que es necesario que experimente para poder morir y quedar bajo el dominio total de nuestro espíritu. Vean bien, escribo nuestro espíritu porque es a través de nuestro espíritu rendido al Espíritu de Dios, el que va a doblegar y someter nuestra carne para que deje de tener protagonismo.

Quisiera que no fuera tan difícil, o más bien, doloroso el dejar de ser nosotros para ser más como Jesús; pero no es así, no podríamos entender el valor que tuvo en nosotros Su sacrificio si nuestra carne no pasara por el calvario que tiene que sufrir para morir. Tenemos que pasar por ahí, no como Él lo hizo. Sin embargo, Su sacrificio sí tiene que cobrar vida en nosotros a través del sufrimiento y de la muerte que debe padecer nuestra carne para poder experimentar día a día la resurrección en Él. Por eso, un cristiano flojo o blandengue frente a la tentación provoca repudio. La misma Palabra lo dice: lo tibio genera repulsión y ganas de vomitar.

Lo que hizo Jesús por nosotros en el madero no fue cualquier cosa como para que nosotros al recibir el regalo que produjo Su sacrificio, simplemente nos acomodemos a llevar una vida totalmente carente de la santificación que es necesario que experimentemos. Imposible decir que somos hijos de Dios, y que por serlo, el sufrimiento no pueda tocarnos, cuando es el recurso principal que debemos abrazar para poder alcanzar la perfección que el Espíritu de nuestro Padre obra cada día en favor nuestro para Su gloria.

Escrituras

Día 4Día 6

Acerca de este Plan

Caer y morir como la semilla

La realidad de todo cristiano es la muerte que tiene que sufrir día a día, hasta el último día de su existencia en este mundo; para poder cumplirse en él, el propósito de vida en Cristo Jesús. Como la semilla, debemos ca...

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Nos gustaría agradecer a Marysela Ocampo O. por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://facebook.com/confiadosenJesucristo

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