Una fruta de temporadaMuestra

Fidelidad

Un padre lleva a sus hijas al zoológico, como prometió. Él es fiel a su palabra.

Una pareja celebra su 50 aniversario. Han sido fieles a sus votos.

Una congregación trabaja duro para llegar a su comunidad. Son fieles con el Evangelio.

La mayoría de las veces, la fidelidad tiene un precio. El padre en el zoológico renunció a las horas extras que tanto necesitaba. El esposo eligió honrar sus votos matrimoniales a pesar de la infidelidad pasada de su esposa. La congregación no ve resultados visibles a pesar de todo su trabajo fiel.

A veces, el precio de la fidelidad puede parecer demasiado alto. A veces, podemos pasar por los movimientos de fidelidad con el ceño fruncido. A veces, culpamos a las circunstancias por hacer imposible la fidelidad.

Ahora considera a Dios. Él hace algunas promesas fuertes. "Supliré todas sus necesidades. Haré el mal para tu bien. Perdonaré tus pecados. Te levantaré de tu tumba". ¿El precio que pagó para cumplir esas promesas? La vida de Su Hijo. ¿La actitud detrás de Su fidelidad? Amor firme. ¿Las circunstancias que pueden impedir su fidelidad? Nada en el cielo o en la tierra o escondido en el corazón humano. Incluso "Si fuéremos infieles, él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo" (2 Timoteo 2:13).

Dios ha declarado Su fidelidad. La historia lo demuestra. Debería ser suficiente, pero Dios hace aún más. Para profundizar nuestra confianza, nos llama a Su propio pueblo perdonado en el Bautismo y en la Cena del Señor. Estamos convencidos de Su fidelidad. Y de tal fe, nuestra fidelidad crece.