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Avanza ayunando

DÍA 4 DE 5

Dar prioridad a lo vertical y protestar contra el infierno

La cruz encarna y revela la vida cristiana. Jesús murió en la cruz para llevarnos a Dios y a los demás. Debemos vivir en el plano vertical y en el horizontal. Debemos tener una fuerte conexión vertical con Dios en la oración, la adoración y lo sobrenatural, y fuertes conexiones horizontales con el compañerismo y el servicio. Cuando estamos desequilibrados, nos volvemos disfuncionales e ineficaces.

Cuando Jesús ministró en el Templo reconstruido de Jerusalén, se encontró con una casa en la que la actividad vertical era prácticamente inexistente, mientras que la actividad horizontal estaba en plena ebullición. Jesús limpió el Templo, reclamándolo como casa de oración para todo el pueblo e inmediatamente empezó a curar a los que acudían a Él. Esta acción era coherente con sus enseñanzas. Jesús condensó la Ley en dos principios básicos, señalando que nuestra relación con Dios debe ser lo primero. Lo que separa a la Iglesia del mundo no es simplemente nuestra norma de amor (Juan 13:35), sino también que conocemos al Dios vivo y Él está en medio de nosotros. La casa de Dios no está hecha de argamasa y piedra, sino de personas (1 Pedro 2:5, Efesios 2:22).

Dar prioridad a lo vertical y protestar contra el infierno. El ayuno, para los cristianos, consiste en cambiar nuestras prioridades para que coincidan con las de Dios. El ayuno del creyente es una huelga de hambre contra el infierno. Apartamos nuestros platos en protesta contra la esclavitud espiritual impuesta por Satanás a la humanidad. Nuestra huelga de hambre espiritual suplica la atención del Cielo y su ayuda para liberar a los atados.

Isaías 58 registra la palabra del Señor, a través de su profeta, para corregir al pueblo de Israel en cuanto al propósito del ayuno. Dios no está reprendiendo a Israel por ayunar; más bien, los está reprendiendo por cómo estaban ayunando. Estaban siendo egoístas. Sus ayunos carecían de enfoque espiritual, o peor aún, estaban centrados en sí mismos. El pueblo utilizaba su tiempo de ayuno para trabajar o por placer, no lo utilizaban para orar o cuidar a los demás.

Centrarse en el yo es uno de los peligros que debemos evitar durante cualquier temporada de ayuno. El ayuno consiste en la autonegación, no en la autorrealización. Se trata de buscar la liberación de las ataduras espirituales, no solo para nosotros, sino para los que nos rodean. Debemos seguir el ejemplo de Cristo. Debemos apartar nuestro plato porque el mundo está perdido y necesita el Evangelio. El quebrantamiento que experimentamos en el ayuno permite que el amor de Dios fluya a través de nosotros y nos prepara para ser mensajeros de Dios a una generación rota.

Día 3Día 5

Acerca de este Plan

Avanza ayunando

Los principios del Reino de Dios desafían la lógica humana. Al humillarnos, nos exaltamos. Al dar, ganamos. Al morir, vivimos. El ayuno es similar; el hambre físico nos permite experimentar una mayor plenitud espiritual....

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