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DÍA 3 DE 5

Cómo ayunar

Preparar tu cuerpo, tu mente y tu vida para el ayuno es muy importante. Según te indique el Señor, puedes marcar tu calendario y reorganizar tu horario según sea necesario. También puedes consultar a un médico antes de comenzar a ayunar, especialmente si vas a realizar un ayuno prolongado.

Durante las primeras horas y días de un ayuno, el primer y más grave sufrimiento se presenta mediante dolores de cabeza debido a la abstinencia de cafeína y otras toxinas. Nuestro cuerpo también experimenta dolores de hambre. Cuando estás privando a tu cuerpo de comida, tu estómago enviará señales de pánico al cerebro. Puedes sentir malestar cuando tu estómago se encoge, sentirte aturdido y querer descansar, o sentirte débil debido a los cambios de azúcar en la sangre y a los cambios de electrolitos.

Cuando empiezas a ayunar y tu cuerpo comienza el proceso de desintoxicación, tu lengua suele recubrirse de una sustancia blanca y espesa, y tu aliento puede oler mal. Sin embargo, a medida que tu cuerpo entra en cetosis, donde el almacenamiento de grasa se descompone como suministro de energía, tu aliento suele volverse dulce. En este punto, también tendrás más energía.

Si estás en un ayuno normal, prolongado o parcial, asegúrate de beber grandes cantidades de agua cada día. Ten en cuenta que, en invierno, la temperatura de tu cuerpo será más baja de lo normal; utiliza suéteres, mantas adicionales o incluso una manta eléctrica, si es necesario. El esfuerzo físico puede ser difícil durante el ayuno. Puedes experimentar mareos o debilidad después de levantar algo pesado o sentir la necesidad de descansar. Prepárate despejando tu agenda si es posible.

Romper el ayuno es una de las partes más críticas del ayuno. Cuanto más largo sea el ayuno, más tiempo deberás tardar en romperlo. Aunque psicológicamente puedas estar preparado para comer, fisiológicamente debes adoptar un enfoque gradual y no sumergirte en tus antiguos patrones de alimentación. Sigue bebiendo mucho líquido; esto ayudará a tus riñones y otros órganos. También es conveniente que aumentes la actividad física inmediatamente antes y durante el tiempo de ruptura del ayuno, porque el metabolismo de tu cuerpo se ha ralentizado para conservar el combustible.

El ayuno será a veces doloroso y molesto. En los momentos en que el ayuno duele más, es cuando más se expresa nuestra desesperación interior. Aceptamos el dolor para ganar la presencia y la plenitud de Cristo.

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Acerca de este Plan

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Los principios del Reino de Dios desafían la lógica humana. Al humillarnos, nos exaltamos. Al dar, ganamos. Al morir, vivimos. El ayuno es similar; el hambre físico nos permite experimentar una mayor plenitud espiritual....

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