Fe Muestra

Viva por fe  

Romanos 12:3 dice: “Por la gracia que se me ha dado, les digo a todos ustedes: nadie tenga un concepto más alto que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación, según la medida de fe que Dios le haya dado”. Todos tenemos fe, por lo tanto, debemos decidirnos si creer o no con esa medida de fe que ya tenemos.

Primeramente, la Biblia declara que la fe es la certeza de lo que se espera. Es prácticamente imposible creer, si no tenemos un propósito específico. Hoy día, muchos intentan creer en algo, pero no pueden hacerlo, porque el objeto de su fe no es claro. No logran visualizar, porque su objetivo no es concreto. Sobre todas las cosas, debemos visualizar la cruz. La cruz nos demuestra a Jesucristo quien murió por nosotros hace 2 mil años. La cruz no simplemente tiene un significado simbólico. La cruz implica que mis pecados fueron juzgados por la aflicción de Jesús, y que he sido librado del pecado y del mal. Por tanto, podemos darnos cuenta de que todos nuestros pecados han sido perdonados por Jesucristo cada vez que visualicemos la cruz. Debemos creer que es a través de la cruz, que el muro que nos separaba a Dios ha sido derrumbado, y que ahora gozamos de comunión con Dios, y el Espíritu Santo mora dentro de nosotros. La fe no mana de cualquier lugar, sino de la cruz, cuando creemos que Jesús cargó nuestras ansiedades, enfermedades y aflicciones. Mediante la cruz, debemos visualizarnos como una nueva creación, y aceptarnos a nosotros mismos. 

Luego de tomar una decisión de fe, hay que obedecer y perseverar en la fe pase lo que pase. Es cierto que la vida nos trae frustraciones. Pero ese es el tiempo de abrir las páginas de su Biblia, y leer con perseverancia. Romanos 10:17 dice: “Así que la fe viene como resultado de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo”. Por tanto, debemos escuchar y motivar a otros que escuchen la Palabra cuando sentimos que nuestra fe pierde fortaleza. 2 Corintios 5:7 dice: “Vivimos por fe, no por vista”. Por tanto, cuando nos tambaleemos en frustración por las cosas que vemos, es necesario que las personas que se encuentran a nuestro alrededor nos motiven en la fe. Hebreos 10:38 dice: “Pero mi justo vivirá por fe. Y si se vuelve atrás, no será de mi agrado”. 

Por último, confiese su fe. La confesión de fe hace que nuestra fe no tambalee, sino se fortalezca. Por tanto, es fundamental que usted, mediante la confesión de la Palabra, posea una fe firme y segura. Las Escrituras enseñan: “Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo”.