Por Más Dura Que Sea La PruebaMuestra

"Débil, tal vez; pero fuerte en el Señor"

"Me siento débil, sin fuerzas, siento desfallecer; la luz de mis ojos pareciera apagarse, mi cuerpo pareciera extinguirse, siento languidecer en medio de esta noche intensa que no veo acabar pronto y por el contrario veo cómo se perpetúa cada vez más y más." No podríamos engañar al Señor, así podríamos sentirnos en ocasiones. Lo curioso es que mientras seamos sinceros con Él, podemos sentir cómo la esperanza se aviva en nuestro interior y de repente podemos empezar a notar que algo sobrenatural empieza a suceder. "Después de que derramo mi alma ante su presencia, mi cuerpo empieza a sentir una fuerza que no proviene de mí, una fuerza que me lleva a levantar la mirada, a creer firmemente que a pesar de lo que estoy viviendo tengo esperanza en mi Señor Jesús, de quien dependo en todo tiempo".

Débil, tal vez; así me puedo sentir en medio de la espera, para qué negarlo, no puedo mentirle al Señor. Él me conoce y sería absurdo que religiosamente pudiera intentar siquiera engañarlo. Prefiero desnudar mi alma delante de Él, inclinarme ante su presencia, expresarle lo desesperada que está mi alma por un toque de su misericordia y de su compasión, por un milagro de sus manos, por una porción de su poder y de su gracia. Prefiero acercarme confiadamente a su presencia y ser honesta con mis palabras, con las lágrimas que caen de mis ojos y que denotan la gran necesidad, la dependencia y la confianza que tengo en Él; porque a pesar de cómo me siento, reconozco que sólo en sus brazos puedo sentirme segura, confiada y fortalecida. Estoy débil, tal vez; pero sé que es lo que el Señor permite para que sienta su fuerza en mí y de esta forma pueda ver cómo Él mismo me rescata de este sufrimiento. Es mi esperanza, es en Él y en su Hijo Jesús en quien hallo la fuerza y la paz que me sacia y me restaura.

Las pruebas me han enseñado que no puedo pretender agradar a la gente ejerciendo una falsa piedad y una religiosidad que con seguridad me privará de ver el obrar sobrenatural de PAPÁ. Algunas personas se sienten morir por dentro en medio de las pruebas que afrontan; sin embargo, por pretender quedar bien delante de los demás, dicen: ¡estoy bendecido y en victoria! mientras que por dentro están a punto de desfallecer. Obviamente es bueno declararnos en victoria y siempre en bendición, pero con sinceridad; no hay nada de malo en expresar cómo nos sentimos realmente frente a determinadas situaciones que nos causan dolor y aflicción. Es bueno reconocer nuestra debilidad ante el Señor y al mismo tiempo reconocer que es en su fuerza que podemos levantarnos para continuar a pesar de que las cosas no mejoran como quisiéramos, Él tiene un mejor plan.

En medio de la prueba Cristo Jesús es lo que importa, Él es nuestro sustento, nuestra fuerza, nuestra paz y nuestro gozo. Él es nuestra porción, Él es nuestra herencia, Él es nuestra plenitud. Su gracia nos basta sin importar las circunstancias. Él es nuestra esperanza. Así que no te asustes si te sientes débil, es un privilegio reconocer que en tus fuerzas eres incapaz, que depende totalmente de la fuerza que hallas en Cristo Jesús, el Salvador.