[Serie La Experiencia del Éxodo] Devocionales de La Experiencia del ÉxodoMuestra

Los ojos lo tienen

En nuestra Experiencia del Éxodo, cuando reconocemos que Dios nos ha colocado en el lugar y el tiempo correctos para que se manifieste a su manera, en su tiempo, para su gloria, necesitamos saber que se podría esperar que alguien más se presente también. Charles Spurgeon dijo en cierta ocasión: «El gran tirano no te ha olvidado y planea tu captura y regreso a la esclavitud».

En los versículos del 5 al 9 vemos hasta dónde llegó Faraón para proponerse, prepararse y perseguir al pueblo de Dios. Robert J. Morgan, autor de The Red Sea Rules [Las reglas del Mar Rojo], lo dice de esta manera: «Considere los paralelos entre Faraón y Satanás: ambos son enemigos inflexibles quienes codician el poder de Dios para sí. Ambos han sido saqueados por el Todopoderoso, y ambos están enfurecidos más allá de lo que se pueda soportar. Ambos han reunido ejércitos innumerables para la destrucción del pueblo de Dios; y, no obstante, ninguno parece caer en cuenta de lo absolutamente derrotados que ya están». 

El apóstol Pablo nos dice lo mismo en su carta a la iglesia en Éfeso. Dice que hay cuatro cosas en este mundo que tratan de controlarnos. Son Satanás mismo, el plano espiritual en esta Tierra, las personas quienes siguen a Satanás y las personas que no siguen a Dios. Su propósito es regresar a los hijos de Dios a la esclavitud.

En los versículos 6-7, Faraón se preparó para la batalla al alistar sus propios carros, seiscientos carros adicionales y capitanes sobre cada uno. De la misma manera, Satanás se prepara para la batalla usando todo lo que puede, lo mejor de lo que tiene y múltiples recursos.

Los versículos 8-9 nos dicen que Satanás nos perseguirá como Faraón persiguió a la nación de Israel. Era inflexible y usó todo bajo su autoridad para enviar múltiples ataques. Él intentará sufrimiento, dolor, preocupación, angustia, enfermedad, problemas, tentación y más en su persecución.

Sin embargo, por favor, observe una pequeña frase en medio de todo este ataque: «Pero los hijos de Israel habían salido con mano poderosa». ¿Cómo podían? Porque Dios estaba de su lado, y Él es más poderoso que Satanás ¡y DIOS PREVALECERÁ! Pablo nos dice lo mismo en sus declaraciones de seguimiento a los Efesios. Nos dice que la armadura que Dios provee nos permite resistir en contra de las artimañas del diablo y nos exhorta a fortalecernos en el Señor y en el poder de su fuerza. Satanás quizá te persiga, pero no te equivoques, DIOS PREVALECERÁ.