Vence el desánimoMuestra

El desánimo, es fuente de inconsistencia en la persona

Para ayudar a una persona que ha caído en desánimo, debemos dar los argumentos, lo que Dios dice que es esa persona para que salga de donde está, que no crea la mentira y comience a creer la verdad. Comenzar a decir lo que es en Cristo. Declarar que: es un árbol de justicia, es un predestinado, es un heredero, es un hijo de Dios, tiene las llaves del reino, tiene el poder de la sangre de Cristo en su vida, es la luz del mundo, es la sal de la tierra, es una nueva creación, es linaje escogido, es un sacerdote del nuevo pacto, es la nueva Jerusalén, es el monte de Sión, es oveja de su prado, es el pueblo de Dios, todo lo que dice la Palabra que es la persona, para que alimente el Espíritu y que esa persona pueda salir del estado de desánimo, con la ley del Espíritu de su vida. 

He conocido personas con una gran potencial en Dios, que pudieron desarrollar muchas cosas en su ministerio, pero eran un sube y baja emocional, vivían del ánimo al desánimo. La Escritura dice que el hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos. 

Casos hipotéticos 

• Un esposo que no llega toda la noche a la casa y al día siguiente llega y dice a su esposa, no llegué anoche porque estoy desanimado. ¿Tiene sentido? ¿Sería una justificación? 


• Una madre que dice, ay estoy desanimada y por eso no voy a cambiar pañales a mi hijo ni alimentarlo. Ninguna madre haría eso, ¿verdad? 


• Si llamas a tu trabajo y dices no voy a trabajar hoy porque estoy desanimado. ¡Lo despiden de su trabajo! 


• Vas al supermercado y dices no voy a pagar mis compras porque estoy desanimado. 


• Pasan dos meses y dices: no pagué la luz, porque me desanimé para pagarla. ¡Te quedas sin corriente eléctrica en tu casa!

Si en las cosas de la vida que son las más sencillas, no dejas que te gobierne el desánimo, ¡cuánto más en las cosas del Espíritu! 

No tiene ningún sentido cuando me dejo gobernar por el desánimo. Tu vida y mi vida no pueden ser gobernadas por el sentimiento, sino por lo que la Palabra dice que somos. Cuando Pablo habla de los ociosos, en el griego usa la palabra «atactos», que quiere decir personas que no tienen reglas, que son desordenados o que están fuera de rango en términos militares, personas irregulares. Este término se usaba para aquellos que no se presentaban al trabajo. Dice que debemos amonestar a quienes traen un desbarajuste en sus decisiones, porque tienen problemas del alma.