Vence el desánimoMuestra

El desánimo es contrario a la fe 

La fe no se mueve por lo que ve, ni por lo que siente. Dios es Espíritu, no es un sentimiento, por lo tanto, no necesito sentir a Dios ni ver a Dios, ni tocar a Dios. Hay gente que necesita sentir a Dios, para saber que es real. La fe no se basa en nada que sea palpable. La fe, es la certeza de lo que se espera, y la certeza de lo que espero es la Palabra. También es la convicción de lo que no se ve, y es Dios. 

La fe, debe estar basada en la realidad de Dios y su Palabra. Esa es la fe. Aunque no sienta, aunque no vea, aunque no toque, aunque no palpe. Su Palabra es suficiente, para saber que es realidad. Dios es la Palabra, no es un sentimiento ni algo abstracto. El más alto rango de Dios que puedes conocer, es la Palabra de Dios, cuando conoces la Palabra, conoces a Dios. No es algo físico. Si tocas la Palabra, estás tocando a Dios. 

La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Cristo, es la Palabra de Dios, que se encarnó y todas las cosas se sostienen por la Palabra. Si todas las cosas se sostienen por la Palabra, ¿qué debe sostenerme? No mis sentimientos, sino la Palabra. 

Aunque mis sentimientos me digan todo lo contrario, a mí no me sostienen mis sentimientos. La Palabra nos da fundamento, y produce crecimiento en los hijos de Dios, en la vida del Espíritu. Si retienes la Palabra, vives salvación. La Palabra es la espada del Espíritu, debemos vivir sujetados a la Palabra de Vida. 

Que la Palabra de Cristo more abundantemente en ustedes. La Palabra de Dios y la vida del Espíritu producen el fundamento de nuestra vida, el crecimiento, tener estabilidad en la vida del Espíritu, ser personas continuas y constantes. La Palabra de Dios en nosotros, se desarrolla por el estudio, el escrutinio permanente y constante.