Vence el desánimoMuestra

La Palabra nos hace irreprochables

Es por la Palabra, que no hay nada que nos puedan reprochar. Es por el orden de la Palabra en nosotros, que podemos tener estabilidad en la vida del Espíritu y no por el mundo de las emociones. La Palabra es viva y eficaz, es vida, es lo único que produce vida al espíritu del hombre, es lo único que nos hace eficaces en la vida. Necesitamos crecer en el entendimiento que nuestra vida no puede seguir siendo gobernada como los niños. ¿Por qué hace berrinches un niño? Porque siente, que de esa manera gobierna a sus padres para que le den lo que desea. No ha aprendido que las cosas no se consiguen así. Como los niños desde pequeños aprenden a gobernar por el alma, a manipular por el gobierno del alma, así crecimos nosotros y siendo adultos nos comportamos como niños, necesitamos cambiar eso. 

Santiago dice que Dios nos hizo nacer por la Palabra de Verdad. No naciste en Cristo porque lloraste o sentiste algo. Dios te hizo renacer por la Palabra de Verdad, oíste y creíste, para ser primicia de sus criaturas. La Palabra quiere sanar nuestra alma, porque el alma está alocada, no tiene orden y la Palabra la salva; lo que en el contexto de la carta que escribió Santiago, significa sanar el alma. La Palabra está en proceso de sanar el alma, pero para eso, tenemos que aprender a hacer la Palabra, ponerla por obra.

Es importante en este proceso, comenzar a tomar las decisiones basados en lo que dice la Palabra, aunque no lo sienta. Cuando yo tomo la decisión basado en la Palabra, mi alama se sana y entro en un nuevo orden. No voy a sentir lo mismo que sentía. Aunque mi alma diga: no quiero seguir. Si mi espíritu hace caso omiso a lo que dice mi alma, porque soy gobernado por el Espíritu de Dios, entonces, hago lo que es correcto a pesar del desánimo. En consecuencia, mi alma se sana. Pero cuando digo, estoy desanimado y como estoy desanimado no voy a hacerlo, mi alma en lugar de sanar, sigue tomando control de mi vida, y apago el Espíritu que está en mí.