Los personajes de la Pascua: Simón PedroMuestra

Jesús se familiarizó más con Pedro, cuando se quedó en su casa (Lucas 4:38) y curó la fiebre de su suegra, una enfermedad no menor en épocas que no existían remedios, antibióticos ni vacunas. Esta casa se convirtió en una especie de lugar de reunión. A medida que se corría la voz en Capernaúm, las personas se disponían a ir allí en búsqueda desesperada de sanidad y esperanza que daba este nuevo maestro. 

Para Pedro, esto era completamente nuevo. En su tiempo, los ciegos nunca vieron, los lisiados nunca caminaron y los demonios nunca se fueron. 

Un día, luego que Pedro regresara de un fracasado viaje de pesca, Jesús se aparece de nuevo en la playa y una multitud comienza a reunirse ansiosa de oír Sus enseñanzas. Entonces, Jesús le pide a los hermanos que presten su bote como lugar para sentarse y enseñar a la multitud reunida. Ese mugriento y oloroso barco ahora servía como escenario para el Hijo de Dios. Y cuando la multitud se dispersaba, Jesús urgía a los hombres que le dieran otra oportunidad a la red. 

Las escrituras sugieren a un Pedro clasificado en punta y nosotros sabemos bien por qué. Cuando un aficionado compite en nuestra área de experiencia, nos enfada. Estos hombres conocían el lago mejor que nadie. Eran buenos pescando, se habían pasado la vida manejando las corrientes, discutiendo sobre cuáles bancos de peces recolectar y de cuándo era el momento de tirar o sacar sus redes del agua. Este era su negocio, su forma de vida. Jesús era bueno en milagros y mensajes pero, ¿por qué se metía en sus asuntos? Pedro no lo decía pero en su interior pensaba algo como esto: Jesús, tú no sabes nada sobre esto. He estado haciendo esto toda mi vida. Hoy no es un buen día. Volvamos mañana y lo hacemos. 

Lo que aconteció fue todo un milagro. Era una visión del futuro de Pedro. Él era la red vacía que un día Dios llenaría del poder espiritual para predicar a miles de personas en Pentecostés, liderar la iglesia y escribir dos libros de canón bíblico inspirados. 

Esto erael milagro dePedro.Una red vacía, un río vacío que de pronto, sin explicación, se llenó de peces. Pedro conocía el mar pero Jesúscreóel mar.