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Libérame de las prisiones mentales: Ira

El emperador Palpatine (personaje de la Guerra de las Galaxias) habló por el mismo Satanás, y habló también por la bestia no convertida que hay dentro de cada uno de nosotros, cuando trató de incitar a Luke Skywalker a la violencia: “Déjate llevar por tu ira. . . . Hazte siervo mío. . . . Puedo sentir tu ira. . . . Deja que el odio fluya a través de ti”.

A las personas generalmente les gusta estar enojadas, les hace sentirse agraviadas y justas. Nos encanta que los personajes de una película abandonen la pasividad y las buenas maneras: “Estoy loco como un ---, y yo no voy a soportarlo más”. Admiramos a los gánster que no utilizan el sistema (lento) de la justicia y simplemente ejecutan su propia venganza.

La ira generalmente destruye, rara vez edifica. “Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oir, tardo para hablar, tardo para airarse, porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios” (Santiago 1:19,20).

Libérese. Deje que Dios se encargue de la retribución y la venganza. Ore para que el Espíritu Santo ponga frenos en su boca. Perdone a sus enemigos . . . y a sus amigos.