PARA TU MUNDO - SDVMuestra

Como un niño hoy me acerco.

¿Alguna vez has pensado que cuando eras pequeño y jugabas con tu papá a las escondidas, no eras consciente que él siempre sabía dónde encontrarte, porque siempre estuviste realmente visible a sus ojos?

La relación de un padre con sus hijos nos permite entender la manera en la que Dios nos ve a nosotros. Sabemos que podemos venir a Él con brazos extendidos y siempre se dejará alcanzar como un buen padre, ya que Él es el primer interesado en tener una relación honesta con nosotros, como la de un niño con su papá.

Tan importante es acercarnos como niños que Jesús dijo: «Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos» (Mateo 19:14).

Aunque pareciese un Dios inalcanzable, su infinito amor expresado a través de Jesús nos permite acercarnos confiadamente.

En Romanos 8:14 dice que “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, somos también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados".

Su amor y el poder llamarnos hijos nos otorga no solo autoridad, sino una seguridad plena de que sus brazos siempre serán un lugar seguro y que su interés respecto a nuestra relación siempre es comunión con nosotros.

Para reflexionar recuerda estas 4 cosas:

1. Entiende tu posición como hijo.
2. Acércate confiadamente a Él.
3. Construye una relación intencional e íntima con Él.
4. Disfruta Su presencia como un niño lo hace con su padre.