Movilízate: Aplica La Palabra A Tu VidaMuestra

“Lo siento, pero deberá cambiar de aerolínea”

Ella dijo, “lo siento, pero deberá cambiar de aerolínea, lo que significa que deberá retirar su equipaje y luego dirigirse a otro terminal para abordar su vuelo”. A lo que respondí alegremente, “no hay problema, no me interesa mi vuelo original y necesito ejercitarme”. Ella continuó con sus malas noticias, “estará en un vuelo directo, y llegará a Oakland dos horas antes de lo previsto”. 

Me decía, “Continúa el gozo”, fui al avión y encontré que tenía la fila entera de asientos para mí. Yo podría leer, estudiar, y descansar por las tres horas del vuelo sin interrupciones. Era un gozo continuo. Había probado la Palabra de Dios, elegí obedecer su verdad y encontré que era verdadera. Todas esas cosas probablemente podrían pasar con o sin la actitud de gozo, pero no habría disfrutado las bendiciones de Dios de manera tan cercana, si no hubiera elegido pedir a Dios que proveyera la verdad de su Palabra a mi vida.

Fue muy especial el tiempo mientras memorizaba Juan 15:7. La frase, “y mis palabras permanecen en vosotros”, tomaron un nuevo significado al meditar esta verdad. Si estoy atesorando la Palabra de Dios en mi corazón, entonces cuando pregunte por la verdad de su Palabra que sea verdad en mi vida, ¡Dios responde!

Una manera poderosa y segura de vivir la Palabra en su vida, es a través de la oración. Mientras oro y pregunto a Dios aplicar dicha verdad a mi vida, también busco oportunidades para orar el versículo para otros.

El Salmo 107:20 se convirtió en el versículo de Charlene, una vez que recibí la noticia que rompió mi corazón, ella había sido diagnosticada con esclerosis múltiple. Este versículo me recordó del poder sanador de la Palabra de Dios.

Comencé a orar, “Señor, envía tu Palabra a Charlene, sánala y libérala de esa destrucción”. Le dije a Charlene que estaba orando el Salmo 107:20 sobre ella cada día. Un par de semanas después, nos encontramos en los pasillos de la iglesia. Me sostuvo del brazo y con gran entusiasmo dijo, “Nancy, tú me inspiraste con la memorización de las escrituras y ahora quiero comenzar a hacerlo. Cada vez que me veas, pregúntame por el versículo que estoy memorizando”. 

Estaba tan orgullosa de saber que Dios me usó como instrumento de inspiración en la vida de Charlene, pero más maravilloso fue la manera como Dios estaba respondiendo mis oraciones de enviar su Palabra y sanar a Charlene. La respuesta no se vio como yo había anticipado, una sanidad milagrosa. Pero Dios envió su Palabra a la vida de Charlene para que la atesore en su corazón. Ahora, yo estaba expectante de ver como vendría su sanidad.