Conoce el amor así: 21 días para descubrir el corazón de Dios para tiMuestra

¿Quieres ser sano?

James Morris

Estaba allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. Cuando Jesús lo vio acostado allí y supo que ya llevaba mucho tiempo en aquella condición, le dijo*: «¿Quieres ser sano?». El enfermo le respondió: «Señor, no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando el agua es agitada; y mientras yo llego, otro baja antes que yo». Jesús le dijo*: «Levántate, toma tu camilla y anda». Al instante el hombre quedó sano, y tomó su camilla y comenzó a andar. –Juan 5:5–9

Cuando comencé a trabajar en Gateway Church, era pastor de mayordomía y ayudaba a las personas con sus finanzas. Cada vez que me reunía con alguien, a menudo comenzaba nuestra reunión preguntándole: «¿Quieres estar libre de deudas? ¿Quieres ser un dador? ¿Quieres tener margen dentro de tus finanzas?» ¡Mucha gente estaba emocionada de decir que sí! Pero hubo otros que me dieron excusas de por qué los pasos de acción prácticos y con base bíblica que les estábamos animando a tomar nunca funcionarían para ellos. Fue con esas personas con quienes primero tuvimos que trabajar en su perspectiva de la bondad de Dios. Una vez que entendían eso, podíamos discutir qué necesitaban cambiar y cómo sería si permitieran que Dios les guiara. A medida que las personas se daban cuenta de que servimos a un Dios bueno, amoroso y que nos cuida, comenzaban a ver que someterse a Dios significaba tener más oportunidades de ver milagros en sus vidas.

El tipo de preguntas que yo le hacía a la gente cuando desempeñaba ese papel eran similares a las que Jesús le hizo a un hombre enfermo en el estanque de Bethesda en Juan 5: «¿Quieres ser sano?». Curiosamente, la respuesta que recibió Jesús no fue un entusiasta «¡Sí!» tampoco. En cambio, también recibió una excusa de por qué el hombre no podía sanar. (Nota al margen: La palabra Betesda significa «Casa de Misericordia». Y creo que eso es lo que las iglesias están llamadas a ser hoy: casas de misericordia donde las personas pueden venir a recibir y dar misericordia. Donde pueden venir para ser sanados).

Ahora imagina esto: Jesús viene y te visita en la iglesia esta semana y te pregunta: «¿Quieres ser sano?» ¿Qué pasa si Él dice más específicamente: «¿Quieres que tus finanzas estén bien? ¿Quieres que tu matrimonio vaya bien? ¿Quieres que tu salud mejore?» ¿Cuál es tu respuesta? Inicialmente, todos podemos pensar: ¡Por supuesto que quiero ser sano! ¡La respuesta obvia es sí!

Sin embargo, en el proceso de recuperación siempre hay un elemento de cambio involucrado. Se necesita arrepentimiento, lo que implica cambiar fundamentalmente nuestra forma de pensar y, a su vez, nuestra forma de vivir. No puedes seguir haciendo las mismas cosas que has estado haciendo. Si quieres algo que nunca has tenido, ¡lo más probable es que tengas que hacer algo que nunca has hecho! Para sanar, debes permitir que el Señor cambie tu forma de pensar y de actuar. Por ejemplo, si Dios está sanando tu matrimonio, eso podría incluir un proceso de sanar tu corazón y cambiar tus procesos de pensamiento. Quizás tengas que hablar con tu cónyuge y tratarlo de manera diferente. La sanidad de tus finanzas puede significar que debes comenzar a gastar diferente, hacer un presupuesto, ahorrar y dar de manera diferente.

Este hombre en el estanque de Bethesda estaba esperando un movimiento de Dios y un milagro. ¡Había estado sentado junto a la piscina durante 38 años! Es posible que este enfermo se haya sentido cómodo con su situación de vida y su rutina, o al menos se haya acostumbrado a la previsibilidad de su situación. Si él sana, tendrá que recoger su camilla e ir a lugares desconocidos. ¡Probablemente tendrá que conseguir un trabajo! Tendrá que pensar de manera diferente a como lo ha hecho durante los últimos 38 años. Así que no creo que la pregunta de Jesús al hombre: «¿Quieres ser sano?», fuera insensible o irrelevante. A lo largo de las Escrituras, vemos ejemplo tras ejemplo del amor, el cuidado y la compasión de Jesús por aquellos que están sufriendo. ¡No hay amor como el suyo! Pero Él quiere que confiemos en Él y estemos dispuestos a vivir de manera diferente. Y cuando nos entregamos a Él, le permitimos traer sanidad duradera a nuestras vidas.

Jesús sanó al enfermo ese día. El hombre recogió su camilla y se alejó, ¡algo que no había podido hacer en décadas! ¿Y sabes qué hizo después? ¡Fue y les contó a todos lo que hizo Jesús! Dios quiere hacer lo mismo por ti hoy. Él quiere sanarte y luego quiere que compartas tu historia con otros para que ellos también puedan experimentar Su amor y poder.

Entonces, tengo algunas preguntas para ti hoy. ¿Qué estás esperando en Dios? ¿Quieres ser sano? ¿Estás dispuesto a dar los siguientes pasos que Dios te indique? Ten cuidado de no acostumbrarte tanto a tus circunstancias ni creer la mentira de que no hay otra manera. No le demos a Dios excusas o razones por las que no funcionará. En lugar de eso, elige arrepentirte, cambiar de opinión y de forma de vivir. Escucha al Espíritu Santo. Es posible que te esté pidiendo que hagas un cambio en algunas áreas de tu vida para alinearte mejor con Él. ¿Quieres ser sano?

Oración

Señor te necesito. Al leer acerca de cómo sanaste al enfermo en el estanque de Bethesda, recuerdo que eres un Dios misericordioso. Nos bendices con misericordia y sanidad, aunque no lo merezcamos. Dios, te pido que me sanes y estoy dispuesto a cambiar mi forma de pensar y vivir de manera diferente. Tú eres el poderoso Dios que sana. Por favor sáname. En el nombre de Jesús, amén.

Para reflexión adicional

• Pregúntale al Espíritu Santo si hay un área en tu vida que necesitas que Jesús restablezca o restaure. En tu corazón, responde y pídele a Dios que te sane.
• ¿Hay algún paso que debas tomar o cambios que debas hacer para alinearte mejor con Dios? Escribe cualquier pensamiento que el Espíritu Santo te traiga a la mente.

Espíritu Santo, ¿qué me dices hoy?