Misterio ProfundoMuestra

Pureza Sexual

Mi cirugía fue relativamente menor. Pero me sorprendió la cantidad de médicos en la sala de operación y la complejidad del equipo.

Hay muchos factores que determinan si la cirugía tendrá éxito. Se necesita un plan y ejecución cuidadoso, un ambiente estéril, y buen tratamiento de seguimiento. Sin embargo, hasta con un equipo medico diligente y capacitado, pueden ocurrir complicaciones postoperatorias. Una de las más peligrosas es una infección.

Cuando los médicos terminaron, explicaron cómo una sola bacteria rebelde podía echar raíces y causar estragos. Me explicaron cómo proteger mi herida y mantenerla limpia. No querían ni una pizca de bacteria cerca de mi herida.

Puede que el apóstol Pablo no supiera nada de las bacterias, pero comprendió lo fácil que es que el pecado sexual eche raíces en nuestras vidas. Advirtió contra algún susurro de inmoralidad sexual. Es mucho más que una idea de simplemente no cometer adulterio, en realidad, comienza cuando no protegemos nuestras mentes.

Muchos cristianos son más cuidadosos con lo que hacen que con lo que piensan. Algunos introducen el hábito de la pornografía en sus matrimonios. Creen, erróneamente, que los pensamientos se pueden compartimentar, que pueden mirar pornografía sin ningún efecto en sus mentes o relaciones. Otros no lo piensan ni dos veces antes de ver películas o programas de televisión con carga sexual. Sin embargo, cada imagen, cada historia, es como frotar bacterias en una herida abierta.

No necesitamos tener una aventura física para engañar a nuestro cónyuge. Jesús dijo: “…todo el que mira a una mujer para codiciarla, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón” (Mateo 5:28).

A medida que nuestra cultura se ha vuelto más permisiva sexualmente, mantener la pureza es mucho más difícil. He aprendido que hay ciertos programas convencionales que no puedo permitirme ver y ciertos canales que no puedo permitirme tener en mi programación de cable. Una sola imagen o escena puede afectar fácilmente mi mente si no tengo cuidado.

Con todas las imágenes cargadas de sexualidad que nos rodean, puede ser tentador bajar nuestros estándares, pero hay demasiado en riesgo como para ignorarlo.

La impureza sexual interfiere con la intimidad conyugal. Hace que pierda el tiempo aprendiendo lo que la persona en la pantalla encuentra placentera en vez de usar ese tiempo y energía para conocer mejor a su cónyuge. Antes de que te des cuenta, deseas más la fantasía que la realidad.

Al igual que los médicos protegen a sus pacientes de una infección potencialmente mortal, debemos establecer barreras como sea necesario para garantizar que nuestros matrimonios se mantengan puros.

Orar: Señor, quiero que mi matrimonio sea lo más puro posible. Confieso que no siempre lo he protegido de imágenes y pensamientos sexuales invasivos. Ayúdame a salvaguardar la pureza de nuestro matrimonio para que pueda ser glorificante para Ti. En el nombre de Jesús, Amén.