Confió por Jaci VelasquezMuestra

LLevalo A La Cruz

Mientras los discípulos eran preparados para su primera misión, sin Jesús, ¿crees que sintieron miedo?  Después de todo, ellos iban a salir a ‘expulsar a los espíritus malignos y sanar toda enfermedad y toda dolencia’ (verso 1).  Pero Jesús fue claro:  el único temor que deberían tener es de Dios.  De la misma manera que les recordaba que debían temer a Dios porque Él tiene el poder para destruir su cuerpo y alma, Jesús incluyó algo más que es tan cierto para todas las personas hoy como lo fue entonces para los discípulos: Dios nos ama.

Esto está muy bien pero, ¿cómo llegamos a ese punto de confiar en Dios cuando la vida está ensombrecida por la desconsolación, el enojo y las tribulaciones?

Quizás la respuesta la hemos tenido todo este tiempo: una relación más cercana con Dios.  Puede que no sea una experiencia acogedora, porque llegar a conocer a Dios significa llegar a conocerle y reverenciarle en todos los aspectos de su carácter, y conocer de su increíble amor hacia nosotros no puede ser algo malo, ¿cierto? Cuando realmente conocemos la verdad de Su santidad, rectitud y justicia, no quedaremos paralizados por el miedo ni tampoco por carecer de una relación cercana a Dios.  El miedo, el amor y la esperanza estarán entretejidos, y tendremos una perspectiva divina sobre nuestras preocupaciones y temores humanos, porque tendremos un entendimiento de su lugar relativo a la eternidad.

Seguro que nos olvidamos de esto todo el tiempo, a veces encontrándonos ansiosos sobre las cosas que no podemos cambiar en vez de mirar hacia el Único que tiene el verdadero poder para cambiar las cosas en nuestras vidas.  Y para todos nosotros, el poder de Dios para el cambio puede que no haga que las circunstancias sean mejores, pero siempre significará que aprenderemos a cómo confiar más en Él, no importa lo que la vida nos lance.

Ese es el mensaje – y el poder – de la cruz.