Amor ExtravaganteMuestra

El Señor declaró que aquella actitud de adoración de María tendría memoria por donde quiera que el Evangelio fuera predicado, por todo el mundo (Marcos 14:9). Y por supuesto que así ha sido, su testimonio ha trascendido al día de hoy.

Además de este momento, vemos a María en diferentes ocasiones mostrando admiración, amor, gratitud al Señor estando a sus pies (Lucas 10:39; Juan 11:32). Ella había encontrado su lugar de deleite en la presencia del Señor.

Y es que la vida de María jamás volvió a ser la misma después de Su encuentro con Jesús. Mi vida no pudo ser la misma tampoco, luego de que Él se mostró a mi vida; no me veo sin Él, es mi razón de ser.

Ver peticiones contestadas por supuesto que nos provocan gratitud hacia el Señor, pero el magnífico hecho de que Cristo haya tomado nuestro lugar bastaría para amarlo con todo nuestras fuerzas y permanecer con una actitud de adoración día a día, sin que esto se convierta en una carga para nosotros.

El Señor no olvida nuestras buenas acciones, no olvida nuestras oraciones pero ante todo no olvida nuestro corazón contrito y humillado delante de Él... Se goza en Su coro de ángeles, ¡pero nosotros somos Su especial tesoro en cuya alabanza encuentra deleite!

¿Los que te rodean conocen de tu amor por el Señor? Que tu adoración haga eco en los cielos, haga eco en la tierra. Toma el mejor lugar en Su presencia, toma la mejor parte (Lucas 10:42 DHH)… ¡Y no te la dejes quitar! ¡No permitas que nada ni nadie te la robe!