Hay esperanza, fe en tiempos de incertidumbreMuestra

Al hablar de la esperanza de la resurrección y la venida del Señor en el texto anterior, hace que surja ahora otra inquietud: ¿Cuándo sucederá esto? ¿Cuándo será el retorno del Señor? Esta interrogante producía una serie de reacciones desde la indiferencia, fruto de una frialdad espiritual, hasta el fanatismo por las especulaciones acerca de Su inminente regreso.

De igual manera, hoy surge una cantidad de ideas, enseñanzas y distorsiones acerca de la verdad del regreso del Señor y del final de los tiempos; lo que genera temor, miedo, angustia y desasosiego. Más aún en este tiempo cuando la depresión, la ansiedad y un sinnúmero de enfermedades mentales aumentan. A esto se le agregan la crisis económica mundial, las epidemias, pandemias, guerras, la destrucción gradual del ecosistema, la alteración de los principios y valores, los cuales llevan, cada vez más, a que muchos piensen que el final de los tiempos está cerca.

Ante todas estas especulaciones, se debe tener claro que el Señor vendrá de manera inesperada. Cuando pensemos en paz y seguridad, Él vendrá con poder para hacer justicia. No podemos saber a ciencia cierta cuándo vendrá. Lo que sabemos es que vendrá, y lo hará con juicio para aquellos que viven lejos de sus enseñanzas obrando maldades y para salvación a los que hemos puesto nuestra fe en Él.

El apóstol nos exhorta a mantenernos alertas, en sano juicio, a vivir en la luz y no en la oscuridad, a no dormirnos, a permanecer fieles, en amor, sabiendo que como creyentes y seguidores de Jesús, nosotros recibiremos salvación; no por nuestros propios méritos, sino por la fe y la gracia de Dios.

Pablo termina recordándonos que Jesús murió por nosotros para que, en la vida o en la muerte, vivamos junto con Él. Esa verdad debe mutuamente animarnos y edificarnos. ¡Ánimo!