Inmune Al Temor – Semana 2Muestra

¡La unción!

¡Los ungidos del Señor están llenos de fe activa! No retroceden ante la voz del temor o la aparición de la destrucción inminente.

En 1 Samuel 17 leemos la historia de David y Goliat. David vio a Goliat y escuchó las blasfemias que salían de su boca. Eliab escuchaba con un corazón entristecido, pero a David le sucedió algo diferente. La unción del Señor comenzó a arder en su interior. En ese mismo momento, los corazones sin unción de los profesionales de Israel se congelaron de miedo. ¿Ve la diferencia? Eso ha sido siempre lo que distingue una cosa de la otra, y sigue siendo así hoy: la unción produce gran valentía, ¡haciendo que las personas sean inmunes al temor! La unción marca la diferencia entre una fe académica y una fe ardiente. Permítame que le advierta: de estos tipos de fe, una siempre molestará a la otra.

Sin duda, Eliab estaba del lado de la razón, lo que le hizo comparar las fuerzas israelitas y filisteas. No veía más recursos. Eliab era capaz de asesorar profesionalmente en asuntos de batalla, y vio que Israel no tenía posibilidades de ganar. Este oficial profesional se puso mentalmente al lado de Goliat para comparar, y lo vio como un gigante imponente. David, por el contrario, era un hombre con una fe activa, y al poner mentalmente al Dios de Israel al lado de Goliat para comparar, vio al filisteo como un enano. Es asombroso lo que ocurre cuando comparamos la fe y el temor.

David sabía que tenía al Señor de su lado, y sintió un estímulo y una indignación santos en su alma. Eso era gracias a la unción, que le dio recursos que los demás no conocían. Sus ojos interiores de la fe estaban puestos sobre el Señor, e hizo algo más que tan solo orar y esperar. La unción de Dios le dio hambre de victoria, y estaba emocionado y expectante. La unción era la “garantía” de lo que estaba por venir.

A menudo, las personas actúan como respuesta a la voz del miedo que llega disfrazado como la voz de la razón. Sin embargo, para el creyente ungido, ¡lo lógico es ver cada circunstancia profana de oposición como algo insignificante comparada con nuestro Dios grande y poderoso! En lugar de permitir que las circunstancias difíciles de su vida y del mundo que le rodea le paralicen e intimiden, permita que aviven el fuego en su corazón. Permita que le llenen de valentía y alimenten la unción que está sobre su vida. Tal vez, durante esta temporada descubrirá como nunca antes los impresionantes recursos que Dios ha puesto en su vida y la unción que Él le ha dado. Mañana hablaremos más sobre eso.