MI DIOS ESTÁ CERCA

Elías fue, desde cualquier punto de vista, uno de los más grandes profetas de la historia. Su testimonio y relación con Dios hacían que constantemente fuera enviado por el Señor para dar a conocer Su voluntad al pueblo, guiarlos por el camino correcto o reprenderlos cuando así lo ameritaba. Su amor por Dios lo llevó a poner su vida en riesgo en repetidas ocasiones y cuando su tiempo en la tierra llegó a su fin, el Señor permitió que no muriera, sino que fuese raptado a su presencia.

No obstante, tal como nos recuerda Santiago (Santiago 5:17), Elías tenía debilidades, temores y defectos como cualquiera de nosotros. En una ocasión particular, luego de haber enfrentado a los profetas de Baal, fue amenazado de muerte por la reina Jezabel, por lo que sintió temor y huyó al desierto. Allí, en medio de la soledad, el corazón de Elías se atribuló, sintió tristeza y deseó morir. En ese momento de depresión el Señor cuidó de Él, lo alimentó y lo guió hasta una cueva donde pudiera refugiarse.

Cuando Elías llevaba algún tiempo en la cueva, Dios lo instruyó para que saliera, pues quería que su siervo se presentara ante Él, para infundirle ánimo y decirle que debía hacer luego. Cuando Elías lo oyó, se cubrió el rostro con el manto y, saliendo, se puso a la entrada de la cueva. Entonces oyó una voz que le dijo: — ¿Qué haces aquí, Elías? Él respondió: —Me consume mi amor por ti, Señor Dios Todopoderoso. Los israelitas han rechazado tu pacto, han derribado tus altares, y a tus profetas los han matado a filo de espada. Yo soy el único que ha quedado con vida, ¡y ahora quieren matarme a mí también! (1 Reyes 19: 13-14 NVI).

En repetidas ocasiones, ya sea que nos encontremos tristes o no, nos hacemos la idea errónea de que Dios, siendo el Creador Todopoderoso, bajo cuya voluntad se crean constelaciones, caen reyes y se levantan imperios, es lejano a nosotros y a nuestra cotidianidad. No obstante, esto no podría estar más lejos de la realidad, nuestro Padre se deleita en que lo busquemos y estemos en comunión con Él; por eso, nos recuerda constantemente y por medio de variados recursos que al que lo busque Él acudirá, y quien lo llamé tendrá respuesta.

Una de las formas que usa Dios para revelarnos quién es Él y cuáles son Sus características son Sus nombres. Jehová o YHWH, denota proximidad y accesibilidad; a pesar de ser impronunciable e inconmensurable, Él se acerca a quienes claman Su nombre y lo buscan de todo corazón tal y como lo hacía Elías. A pesar de que nuestro Padre sea el Rey del universo, sigue siendo nuestro Padre, podemos ir a Su presencia en confianza y descargar nuestros corazones de los problemas del día a día, contarle nuestras intimidades y ser abrazados y soportados por Aus brazos en momentos de debilidad.

Busquemos al Señor y Su guía, de Su trono manan ríos de agua de vida, deleitémonos en Su presencia y alabémoslo porque nuestro Padre es digno y en Él encontraremos descanso.

El Dios creador del universo es también nuestro padre, busquemos Su presencia.