Mundanalidad

Estamos comenzando este viaje vaciándonos de nosotros. La Biblia nos dice que como seguidores de Cristo, a los que han sido comprados con la sangre de Jesús, que están llenos del Espíritu, que no amemos las cosas de este mundo. Sé que esto es un marcado contraste con muchas de las cosas que se enseñan hoy en día, pero debemos saber que, como seguidores de Cristo, debemos negarnos a nosotros mismos, tomar nuestra cruz y seguir a Jesús.

El Apóstol Pablo nos dice en Romanos 12 que no vamos a conformarnos con el patrón de este mundo, sino que vamos a ser transformados por la renovación de nuestras mentes, para que podamos demostrar la voluntad buena, aceptable y perfecta de Dios. Esta palabra, renovando, proviene de la palabra griega, anakainosis, que significa renovar. En este contexto, significa que debemos deshacernos de todas nuestras viejas formas mundanas de pensar, actuar, vivir y comenzar a reemplazarlas con las cosas de Dios.

En 1 Juan 2:15-20 nos da algunas severas advertencias sobre aquellos que aman el mundo, lo que causará y lo que realmente significa. Dice que si alguien ama al mundo, el amor del Padre no está en ellos. También habla de la temporalidad del mundo y sus deseos. Pero los que hacen la voluntad de Dios viven para siempre.

A medida que comenzamos este Plan de 21 días, debemos esforzarnos por librarnos del amor por el mundo. No podemos servir a dos señores, debemos elegir a Dios o al mundo. Una vez que elegimos a Dios, debemos deshacernos del amor impío que aún puede residir en nuestros corazones.