Cuando Hacer Felices a Los Demás Te Hace Sentir MiserableMuestra

Apagando las pantallas de gritos

Me levanté de la cama y me dirigí a la cocina para comenzar mi rutina matutina. Me moría de ganas de poner mis manos alrededor de una taza humeante de café descafeinado de color oscuro con un chorrito de crema. Con suerte, me quitaría el sueño del cerebro.

Miré mi teléfono junto a la cafetera de la cocina, donde lo había enchufado la noche anterior. Había empezado a excluir el teléfono del dormitorio para que no me tentara a pulsar, deslizar y desplazar información en lugar de irme a dormir a una hora decente.

Una docena o más de mensajes de texto, redes sociales y notificaciones de correo electrónico comenzaron su habitual danza matutina, deslizándose desde la parte superior de mi pantalla. Alguien necesitaba una dirección. Otro quería una respuesta. Cinco seguidores de las redes sociales me pidieron la receta de la sopa de calabaza. Un correo electrónico pedía recomendaciones sobre recursos para la crianza de los hijos. Este montaje de mensajes que me gritaban a través de la pantalla amenazaba con arruinarme antes de que apenas hubiera empezado.

Mis sentimientos de frustración mostraron la continua relación de encanto-odio que tengo con la pantalla de mi teléfono.

Mi teléfono puede contener mi calendario, disponible para su visualización con solo un toque. ¡ME ENCANTA!

¡Mi teléfono puede entregar mensajes de personas que quieren que les ayude con algún dilema y que les ayude ahora mismo! ¡LO ODIO!

Mi teléfono puede inundar mi FEED con fotos divertidas de los miembros de mi familia que están lejos. ¡ME ENCANTA!

Mi teléfono puede abarrotar mi tiempo con tareas que otros sueñan para mí sin ninguna aportación mía. ¡LO ODIO!

Ya tienes la imagen digital, ¿verdad?

Efesios 5:15-17 (nvi) nos exhorta: «Así que tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios, sino como sabios, aprovechando al máximo cada momento oportuno, porque los días son malos. Por tanto, no sean insensatos, sino entiendan cuál es la voluntad del Señor». (Para ayudarnos a extrapolar las instrucciones que Dios nos da sobre la gestión de nuestro tiempo, veamos el significado original en griego de algunas palabras clave y frases).

La palabra griega para caminar es peripateó. Más que poner un pie delante del otro, significa literalmente «conducir la vida adecuadamente». ¿Y cómo debemos caminar? Con cuidado. El significado griego más profundo de esta palabra es «con precisión, diligencia y circunspección». Esta última palabra no es de uso común. Significa, «investigar completamente todas las circunstancias y posibles resultados».

También se nos instruye a hacer el mejor uso de nuestro tiempo. Esta frase griega transmite el concepto de redimir de la pérdida aprovechando al máximo la oportunidad presente. Esto suena como si tuviéramos que ser proactivos e intencionales en llenar nuestro tiempo. ¿Y si no lo somos? Bueno, ¡hay docenas de otros ahí fuera esperando a ocuparlo por nosotros!

Todas las peticiones que vemos en nuestras pantallas no son necesariamente nuestras tareas. No es una falta de amor poner algunos límites si, a través de la oración y la búsqueda del Señor, sentimos que él nos llama a hacerlo. Puede que tengamos que desactivar los mensajes privados. O poner una respuesta de ausencia en nuestra cuenta de correo electrónico. Cuando adoptamos estos límites, no hay duda de que algunas personas se molestarán. Sin embargo, protegemos nuestra salud mental controlando nuestra capacidad, sabiendo que si Dios realmente nos llama a decir que sí a una petición, él nos convencerá de ello, no nos hará sentir culpables.

Llevemos nuestros días al Señor en oración, pidiéndole que nos ayude a elegir con prudencia cuando se nos presenten las muchas tareas, y peticiones, que se nos presentan. Él nos capacitará para emplear nuestro tiempo de forma que le honre al mismo tiempo de enseñarnos lo que significa caminar con prudencia.

Responder

¿De qué manera la pantalla de tu teléfono permite que se añada estrés a tu vida cada día? ¿Qué medida puedes tomar para aliviar parte de esta presión?

Oración

Padre, ayúdame a redimir el tiempo, discerniendo cómo quieres que pase mis horas de cada día. Quiero que mis acciones te honren. En el nombre de Jesús, amén.