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Cuando Hacer Felices a Los Demás Te Hace Sentir Miserable

DÍA 4 DE 5

Con toda honestidad

¿Alguna vez has halagado a alguien porque pensabas que así conseguirías algo que deseabas mucho? Como aquella vez, en el instituto, en la que le dije a una chica del grupo popular lo mucho que me gustaba su nuevo jersey verde oliva, cuando en realidad me parecía más horrible que impresionante, con la esperanza de que me invitara a su fiesta de pijamas. Hay un viejo cliché sobre la práctica de dar elogios excesivos o poco sinceros: «La adulación no lleva a ninguna parte». Sin embargo, a veces fingimos y adulamos con la esperanza de que los halagos nos lleven a alguna parte.

Mientras que el chisme puede definirse como decir a espaldas de alguien algo que nunca dirías a la cara, la adulación es todo lo contrario. Es decir a la cara palabras que nunca dirías a sus espaldas porque son totalmente falsas.

Cuando halagamos, hacemos algo más, aunque no lo admitamos con facilidad, mentimos. Las páginas de la Escritura están repletas de advertencias contra esta herramienta aparentemente eficaz, pero totalmente engañosa, una herramienta que a menudo resulta contraproducente.

Lee estas palabras que se encuentran en Salmos 12:2 (nvi):

No hacen sino mentirse unos a otros;
sus labios lisonjeros hablan con doblez.

La palabra traducida como halagador en el hebreo es la palabra chelqah, que significa «suave, resbaladizo y agradable». También se utiliza en muchos lugares para significar una porción de tierra o el suelo que uno está pisando en ese momento. Si se combinan estos términos, la imagen se vuelve clara. Seguramente estamos pisando un terreno resbaladizo cuando elegimos adular con nuestros labios.

La otra parte de este versículo que me intriga es la noción de un corazón doble. El concepto que se transmite aquí es que alguien que halaga con sus labios realmente tiene dos corazones: uno que es verdadero para su alma interior y otro que se retrata para la persona que escucha las mentiras. Este segundo corazón no es sincero e incluso es francamente engañoso. La honestidad no está a la vista.

En otras partes de la Escritura, vemos lo que los halagos pueden hacernos. Normalmente, solo tenemos en mente lo que puede hacer por nosotros; los resultados inmediatos que buscamos cuando inflamos falsamente el ego de otra persona. Pero ¿qué pasa con lo que nos hace a nosotros? No nos engañemos pensando que podemos salir ilesos de una situación de halago. A menudo, no podemos.

Proverbios 26:28 (nvi) expone una de las consecuencias:

La lengua mentirosa odia a sus víctimas;
la boca lisonjera lleva a la ruina.

La palabra hebrea para ruina en este versículo es midcheh. Curiosamente, es la única aparición de esta palabra en toda la Biblia. Significa: un método para, u ocasión de, tropezar. Cuando trabajamos nuestra adulación, estamos en una caída.

¿Has sentido alguna vez un pinchazo en el corazón cuando has utilizado palabras de adulación o has faltado a la verdad cuando un compañero de trabajo o un amigo te ha pedido tu opinión? Podemos pensar que buscamos los mejores intereses de los demás cuando matizamos la verdad, aunque sea un poco. Sin embargo, las amistades sólidas y duraderas se construyen sobre la base de la honestidad.

Nuestras conexiones humanas, ya sea con personas de nuestra familia o con amigos y compañeros de trabajo, pueden fortalecerse significativamente cuando decidimos ser sinceros y francos. Podemos adoptar el nuevo hábito de ser sinceros y, al mismo tiempo, expresar nuestro amor y cuidado por los demás. Ambas cosas pueden hacerse al mismo tiempo.

Aprender a expresar la honestidad que está intencionalmente envuelta en un sobre de bondad puede convertirse en una de las mayores áreas de crecimiento en nuestras vidas. Nos impulsará a establecer relaciones más profundas, más auténticas y, en última instancia, más saludables con los demás.

Responder

¿Ha habido alguna vez en la que hayas fingido la amabilidad o la admiración y te hayas acabado metido en un lío?

¿Cómo podrían las verdades bíblicas de la lectura de hoy evitar que en el futuro vuelvas a halagar y acabes enredado de nuevo?

Oración

Padre, ayúdame a no caer en la utilización de la herramienta de la adulación para obtener un resultado deseado en mis relaciones. Ayúdame a decir la verdad a los demás con amabilidad y delicadeza, sabiendo que la honestidad no solo es la mejor política, sino que también te complace a ti. En el nombre de Jesús, Amén.

Escrituras

Día 3Día 5

Acerca de este Plan

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Nos gustaría agradecer a HarperCollins/Zondervan/Thomas Nelson por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.editorialhccp.com/9781400231997/cuando-hacer-felices-a-los-demas-te-hace-sentir-miserable/

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