El Desierto, Dios Y YoMuestra

El Propósito De Dios En El Desierto

En la historia del Éxodo de Israel vemos que el desierto era el camino por el cual ellos tenían que atravesar para llegar a la tierra que Dios les había prometido. Tierra abundante, bendecida, donde ellos ya no vivirían en esclavitud.

El propósito de Dios para ellos era su bienestar, pero el corazón les llevó a vagar 40 años por ese desierto en lugar de ser un camino de solo 10 días.

El propósito de Dios en el desierto es revelarse a nosotros con todo Su poder y amor; pero en ese proceso de revelarse, Él tratará con nuestro orgullo, soberbia, ambiciones, caprichos, mal carácter. Él nos quita todo aquello en lo cual nos apoyamos por nuestra propia confianza o hacemos por nuestra propia fuerza y Él se vuelve todo lo que tenemos.

Moisés dijo esto: “Y te acordarás de todo el camino por donde el Señor tu Dios te ha traído por el desierto durante estos cuarenta años, para humillarte, probándote, a fin de saber lo que había en tu corazón…”. Él se revela a nosotros a través de Sus promesas, de Su palabra, trayendo así un renuevo en nuestra manera de pensar y cambiando nuestra manera de actuar. A la tierra de bendición que Dios nos tiene preparada, no podemos entrar y poseerla con las costumbres o maneras de pensar que no vayan con Sus propósitos. Necesitamos renovarnos en nuestra mente para vivir en Su voluntad como nos dice en el libro de Romanos.

El propósito del desierto es que te encuentres a solas con Dios, que tu vida pase por esos rayos X donde todo lo que no está bien quede expuesto y sea extirpado. Es sanar tu corazón de las heridas que causó la esclavitud. Es traer libertad completa a tu mente y a tu cuerpo. El propósito de Dios en el desierto es que entendamos que absolutamente todo viene de Él, ya sea la fuerza, la salud o la creatividad que tengamos para trabajar, todo viene de Él.

Él no es solo Dios en la bendición o en los tiempos buenos, Él es Dios Todopoderoso en los tiempos de enfermedad y tormentosos. Es Dios Todopoderoso, que todo lo puede.

Hay lecciones que Dios nos enseñará cuando todo va bien, hay otras que solo aprenderemos en los desiertos.

Dios no quiere tu mal, Él tiene pensamientos de bien.

Si enfocamos nuestra vista en la persona correcta, "Jesús" y en el lugar correcto "el cielo", saldremos victoriosos, transformados para bien.

Alguien dijo: El desierto es un lugar de transformación. No importa si tu desierto se llama desempleo, silencio, enfermedad, o muerte. Al salir de allí, tú serás una persona diferente. Quizá resultes convirtiéndote en alguien más maduro en el Señor y más sensible a su voz… o posiblemente alguien más amargado, cínico, y desesperanzado. ¡Pero jamás saldrás igual!