[Espíritu De Liderazgo] PrácticaMuestra

Liderar tu familia y dejar un legado

Al final de su vida, Josué declaró: «En cuanto a mí y a mi familia, serviremos al Señor». Cuando te conviertes en un líder, tu familia será muy importante para ti. Es tu primer lugar de servicio y liderazgo. Tu familia no está diseñada para servirte; tú estás diseñado para servir a tu familia. La Palabra de Dios es muy clara: Si no puedes servir a tu familia, no puedes guiar al pueblo de Dios. Algunas personas reclaman un gran liderazgo con un lío familiar tras otro detrás de ellos. Ellos tienen un linaje de amargura, sin embargo, están diciendo que ellos son un profeta o profetiza tratando de servir a Dios. Si vas a servir a Dios, si vas a hacer la obra del Reino, sirve a tu familia, ámalos y ayúdales a servir a Jesucristo.

Josué terminó su jornada de liderazgo guiando a la gente a hacer un pacto con Dios. Josué instaló una «piedra de testigo» como una señal segura, una roca, un ancla para que las generaciones venideras recordaran a las personas que se habían comprometido a servir al Señor su Dios. El testimonio de Josué perduró. Cientos de años después, sabemos de su compromiso con su familia, su humildad y su liderazgo. ¿Tu testimonio perdurará? ¿Permanecerá? ¿Has puesto tu confianza en la Roca?

Las decisiones que tomas están estableciendo un testimonio para el resto de tu vida. Cuando seas viejo, vas a mirar hacia atrás en el pasado, ya sea con pesar o con alegría. Quieres poder sentarte con tus hijos y nietos y decir: «Mi confianza está en la Roca». Deja un testimonio que irá más allá de tu vida, que hará una diferencia para el Reino de Dios por los siglos de los siglos. Ninguno de nosotros tiene garantizada una larga vida, incluso si te sientes invencible, inmortal. Tu vida importa. Haz algo con ella, para la gloria de Dios y deja que el Espíritu de liderazgo te llene por causa de su Reino.

Señor, por favor ayúdanos a amar correctamente a nuestras familias. Cuando todo esté dicho y hecho, cuando termine y nosotros estemos en tu presencia para siempre, disfrutando unos de otros, disfrutando de la eternidad, dejemos un testimonio, como Josué, que haga una diferencia para las generaciones venideras.

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