Las Aves

No viven en afán…

Aún hay más que aprender de las aves. A una multitud llena de angustia y ansiedad, Jesús le dijo: "No os preocupéis por vuestra vida…" "Mirad las aves del cielo…" (Mateo 6:26).

Somos propensos a vivir una vida acelerada y preocupada. Jesús mismo mencionó tal problema en el ser humano. Sin embargo, para quienes han hallado refugio en él y nido en su casa, estos afanes no les controlan. Quien es hijo sabe muy bien cuán eficaz es la provisión del buen Padre. Un niño, no vive preocupado en si mañana tendrá su leche, si tendrá un pañal o una manta para arroparse. El niño vive confiado de que sus buenos padres se lo proveerán.

Desde el principio dijo Dios: "He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer…" (Génesis 1:29) Él estaba muy consciente de la necesidad del ser humano y de los animales que había creado. Y esto las aves lo han de saber muy bien.

Entre tantas aves, cuando observamos al picaflor, realmente es muy pequeño; sin embargo, muy colorido también. Los picaflores, tienen alas de colores centellantes. Él puede pasar la noche dentro algún tronco de árbol oscuro, pero en la mañana sale volando en busca de su alimento preferido: el néctar de las flores. 

Bien lo describió el salmista: "Por la noche durará el lloro, Y a la mañana vendrá la alegría." (Salmo 30:5)

El picaflor nos enseña que todos, aun desde el más pequeño de los hijos de Dios, puede tener noches oscuras, pero siempre llegará la luz de la mañana. Y con sus coloridas alas eleva su vuelo confiando que obtendrá el alimento de su día. Cuando no es temporada primaveral, el picaflor, aunque no puede encontrar su alimento preferido, aun puede comer y se alimenta de moscas, arañas y hormigas. Nuestro Padre celestial les alimenta, aun en las peores temporadas invernales.

Analiza ahora, en medio de tu estilo de vida diario cómo estás viviendo y cómo te sientes, ¿cuál ha sido tu estado de ánimo en estos días? La depresión se caracteriza por exceso de pasado y la ansiedad por exceso de futuro. Pero si estás en paz, entonces estás viviendo presente en el Señor.

Los recursos de Dios, su provisión y energía es para el hoy y no para el mañana. Y lo hace así para que vivamos confiados.

El maná que nuestro Dios proveyó para su pueblo Israel en el desierto le era provisto diariamente y no le permitía al pueblo tomar de más, Dios les enseñaba a confiar en su provisión diaria. 

Jehová dijo a Moisés: "He aquí yo os haré llover pan del cielo; y el pueblo saldrá, y recogerá diariamente la porción de un día, para que yo lo pruebe si anda en mi ley, o no" (Números 16:4). Andar en la ley de Dios, es andar en su verdad, y su verdad nos enseña que el Dios nuestro es también nuestro Dios proveedor diario.

Jesús mismo nos enseñó a orar: "El pan nuestro de cada día dánoslo hoy..." (Mateo 6:11)

La preocupación es intranquilidad, temor, angustia, pre-ocuparse. Es desperdiciar el tiempo, la energía, fuerza y recursos de hoy pensando en mañana.

Por eso vives enojado, en ansiedad y en afán. No disfrutas tu presente; no disfrutas tus hijos, tu esposo, esposa, tus alimentos y pierdes tu salud porque vives intentando asegurar un mañana que es incierto, que es como la neblina, que puede que esté o no.

Filipenses 4:6 nos dice: "Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús."

Entonces; ¡No te preocupes por nada y ora por todo!

Jesús también dijo: "¿No se venden cinco pajarillos por dos cuartos? Con todo, ni uno de ellos está olvidado delante de Dios. Pues aún los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis, pues; más valéis vosotros que muchos pajarillos" (Lucas 12:6-7).

¿Cuántos pájaros hay? No se olvida de ninguno de ellos, aun cuando parezca que no tienen un gran valor. Él no vino para morir por los pajaritos, el vino a morir por ti. Tú vales mucho más que esos pájaros.

Jesús cuida de los pajaritos bien pequeños como el picaflor; y si lo hace con él, ¿cómo va a dejar de cuidar de nosotros? ¡Eso nunca!